Diario de León

Celebrar las fiestas controlando el alcoholímetro 0,45 0,40 0,15 0,41 0,28 0,21 0,25 0,19

La Guardia Civil sometió a la prueba de alcoholemia a ocho voluntarios, tras una cena a la que acudieron invitados por Diario de León. Tomaron una caña, cenaron con vino, brindaron con champán y bebieron una copa. Cinco serían multados y tres s

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PABLO PORTABALESALBERTO MAHÍA | texto CÉSAR QUIAN | fotos
León

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La misma cena para todos, idéntica ingesta de alcohol y unos acabarían la noche multados y sin poder circular y otros pasarían el control. La única regla fija es que si no bebes no tendrás problemas con la Guardia Civil o la Policía Local. Seguro. Afirmar que con dos copas de vino ya das una tasa superior a la permitida o las historias de conductores que tras una noche de pub en pub dieron cero se enmarcan dentro de la larga lista de leyendas urbanas. Diario de León quiso comprobar, de verdad, si la típica y tradicional cena de Navidad de amigos, familiares o compañeros de trabajo, como las miles y miles que tendrán lugar en las próximas dos semanas, es compatible con la conducción. Para certificarlo invitó a cuatro mujeres y cuatro hombres a cenar. Ocho voluntarios de distintas edades, tallas, pesos y profesiones que no se conocían antes del reportaje. La cita fue en un restaurante a pocos kilómetros de la ciudad, y comenzó, como cualquier fiesta que se precie, con una cañita de pie para esperar a ese comensal que siempre se retrasa. Cuando ya estuvieron todos, se sentaron en torno a una mesa en la que también había sitio para José María Potel, subjefe de la Jefatura Provincial de Tráfico de La Coruña, y el capitán de la Guardia civil, Antonio Hidalgo, que quisieron vivir en directo la novedosa experiencia. De primero pulpo a la brasa, tostas de pan payés con jamón ibérico y croquetas caseras, y de segundo arroz, en paella y estilo caldoso. Un menú abundante, que por algo estamos en Navidad. Todo regado con vino tinto rioja Luis Cañas joven, de 13,5 grados, y albariño Val Miñor de 12,5. Primer control Antes del postre, el primer control con el alcoholímetro digital que llevó el mando del instituto armado. Cristina Astray, empleada de banca, dio a esas alturas de la cena, 0,68. Una barbaridad. «Ahora bebe agua y espera 5 minutos para volver a soplar», le dijo Hidalgo. Tras el segundo soplido la tasa había bajado a 0,30. «Es normal que haya esta variación porque la primera vez tenía alcohol en la boca de haber apurado la copa de vino y eso influye mucho», explica. Entre el resto de comensales hubo resultados muy dispares. Lucía Castro, modelo, 0,25; Raquel Rey, estudiante de Enfermería, 0,13; y María José Gómez, funcionaria, 0,33. Tres de las cuatro mujeres por encima del nivel permitido (0,25) antes del brindis y la copa. Roberto Varela, entrenador personal, marcó 0,30, mientras que el resto de los varones no superó el límite legal. Francisco M. Fernández, militar, Antonio Ponte, administrativo, y Jorge Otero, propietario del coruñés Café La Tribuna, dieron 0,08, 0,16 y 0,19, respectivamente. El postre fue un browne de chocolate con gelatina de mandarina y con él llegó el momento del brindis con champán que nunca falta en estas fechas que se avecinan. El menú navideño incluía una copa. Los invitados pidieron y apuraron gintónic, ron con cola, whisky y crema de whisky. A la salida del restaurante la Guardia Civil tenía aparcada la furgoneta de atestados y uno por uno los comensales fueron entrando en el vehículo para someterse a la prueba definitiva, la del etilómetro evidencial de precisión que noche tras noche utilizan en las carreteras gallegas. Mayoría de positivos El proceso dura unos minutos porque es necesario soplar dos veces y esperar a que la máquina imprima los resultados. A Lucía y Roberto, los dos jóvenes que por su trabajo están en mejor forma física, les restaría cuatro puntos del carné por dar 0,41 y 0,45, respectivamente. Raquel se quedó en 0,25, pero por ser conductora novel también sería sancionada, al igual que María José (0,40) y Cristina (0,28), que dependería de la magnanimidad del agente para ser o no multada. Cinco positivos de ocho, aunque los tres que libraron se quedaron a las puertas del castigo y hay que tener en cuenta que los valores pueden variar si el control se realizase una hora después. «Un chupito más y doy fijo», afirma Antonio Ponte (0,21). Una cena deliciosa y unas horas entrañables con unos amigos que terminarían con sabor amargo para la mayoría si decidiesen conducir su vehículo para volver a casa. Lucía, Cristina, Raquel, María José, Roberto Antonio, Francisco y Jorge tuvieron la suerte de que la empresa Transportes Romar los devolvió a su domicilio en un microbús. Todo estaba bajo control en esta ocasión. Edad: 39 años Peso: 57 kg Estatura: 1,60 Sanción: 4 puntos y multa de entre 300 y 600 euros Edad: 18 años Peso: 45 kg Estatura: 1,50 Sanción: 4 puntos y multa de entre 300 y 600 euros Edad: 43 años Peso: 115 kg Estatura: 1,92 Sanción: Ninguna Edad: 25 años Peso: 74 kg Estatura: 1,76 Sanción: 4 puntos y multa de entre 300 y 600 euros Edad: 46 años Peso: 64 kg Estatura: 1,54 Sanción: 4 puntos y multa de entre 300 y 600 euros Edad: 42 años Peso: 72 kg Estatura: 1,75 Sanción: Ninguna Edad: 21 años Peso: 59 kg Estatura: 1,78 Sanción: 4 puntos y multa de entre 300 y 600 euros Edad: 29 años Peso: 98 kg Estatura: 1,81 Sanción: Ninguna

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