Diario de León

Alfa Brera, excitante...

Auténtica percepción sensorial para quienes pretendan disfrutar de toda la magia del Biscione. Acusada personalidad, preciosismo estético, dos motorizaciones y un precio a partir de 33.900 euros

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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El Virus Alfa ... ha mutado en Brera. Heredero por vía directa de la más pura tradición deportiva del Biscione , este preciosista Coupé 2+2, firmado por Giugiaro, se convierte en todo un culto a los sentidos. Emoción: alteración del ánimo. Interés expectante con que se participa en algo que está ocurriendo. Lo de la emoción resulta ser consustancial al Brera. El sucesor del GTV acaba por convertirse en una excitante «sensación de sensaciones», aderezadas con el perfilado morro en cuña, la «puntiaguda» zaga donde se alojan una luneta trapezoidal, unos perfilados grupos ópticos y cuatro salidas de escape... es la imagen que verán la mayoría de oponentes del Brera. La otra, la del scudetto frontal, con el triángulo barrado y el circular emblema milanés campando justo a la altura de unos sonrientes ojos circulares ... sólo podrá apreciarse en parado. Ya se sabe que la relación de la «Anónima Lombarda...» con las realizaciones deportivas, viene siendo toda una historia de amor -tormentosa en ocasiones- desde los inicios de la marca; sólo que con el Brera las cosas van mucho más allá: una auténtica simbiosis, trufada en modernismo, de lo que siempre se ha entendido -y admirado- por coche deportivo... exultante en sus formas y sugerente en su comportamiento rutero. Dos puertas, dos plazas (las traseras son sólo testimoniales), un volante de tres radios, una palanca de cambios a la mano del ocasional piloto -un Brera nunca se «conduce»... se pilota- y un motor que cultiva la inyección directa estequiométrica de gasolina, aderezada con un sistema de variación continua en admisión y escape, que, entre otras cosas, garantiza fulgurantes respuestas a cualesquiera regímenes de giro... acaban por convertir a nuestro protagonista en una auténtica joya. Ya se sabe que en un coupé la capacidad del maletero no es el punto fuerte (tampoco se pretende), así que el Brera se conforma con unos «pequeños» 300 litros de capacidad, ampliables de 610 si se abate el respaldo de los asientos posteriores. Muy aprovechables, eso también, habida cuenta la escasa intrusión de los pasos de rueda traseros y el espacio bajo una trampilla que cubre el piso del maletero. Dónde sí que nuestro protagonista pone el «lógico» punto de inflexión es en la mecánica y en su conseuente dinamismo rutero. Alfa Romeo confía la movilidad del Brera a un par de mecánicas de gasolina (también está previsto un turbodiesel JTD de 200 CV), ambas de inyección directa y cuya guinda es el V6 de 3.2 litros y 260 CV capaz de acelerar de cero a cien en 6,8 segundos y de marcar una punta de 240 por hora. Claro que la versión más lógica , la que ofrece una mejor relación precio/prestaciones es nuestra unidad de pruebas, el 2.2 JTS de 185 CV; un motor de origen Opel que en nada desmerece, sobre todo como escalón de acceso, al mencionado V6. Con el «pequeño» 185 CV, el Brera es capaz de clavar el crono en 8,6 segundos cuando se trata de acelerar de cero a cien y cuya punta alcanza los 222 por hora con, eso también, un consuno medio sensiblemente por debajo de los diez litros (9,4 homologa el fabricante) con lo que se reitera la impresión de que nos encontramos ante un coche tan prestacional como asumible en el capítulo económico. El motor, muy elástico, es capaz de ofrecer excelentes respuestas a cualquier régimen y hasta de juguetear sin complejos con la zona alta del cuentavueltas (7.000 revoluciones) convirtiendo entonces el sonido de escape en toda una evocadora musicalidad. Por engranado y estanqueidad, el cambio manual de 6 marchas es todo un prodigio de efectividad, permite subir y bajar hierros sin la menor protesta ni el mínimo fallo, a la vez que la corta batalla del coche y su compensado reparto de masas (60/40) redundan en beneficio de una encomiable agilidad rutera... mejor cuanto más revirado sea el trazado. Una condición -y conducción- deportiva que también se pone de manifiesto por la puesta a punto de unas suspensiones basadas en las de la berlina 159 y que se benefician de un tren trasero multibrazo. El Brera vira plano, sin inclinaciones de su carrocería y sin que tampoco a sus ocupantes se les caigan los empastes . Por cierto, en la versión de motor V6 se monta el sistema de tracción integral Q4, dotado de tres diferenciales y con reparto normalizado (43/57) que prima la propulsión sobre la tracción delantera, aunque según sean las condiciones de adherencia el sistema cambia automáticamente a más «tracción» (72/28) o a una mayor «propulsión» (22/78) lo que no deja de poner de manifiesto la intención del fabricante de mantener puro el espíritu... por mucho que hoy los tiempos sean, en algunos casos, los de ofrecer deportivos un tanto castrati para no poner en apuros a los conductores menos avezados. En este sentido, en el de las «maneras» deportivas, también el «pequeño» 2.2 JTS de tracción delantera puede convertirse en ligeramente sobrevirador (deslizamiento trasero) a poco que su conductor «se empeñe» en variar las masas... leve golpe de volante y ligero -o no tanto- bombeo sobre el pedal del gas. En fin... cada cual. Por lo demás, apuntar que el Brera, incluso en su escalón más bajo de gama, ofrece un equipamiento tan completo como que cuenta con climatizador dual, control de estabilidad VDC (nada intrusivo y que deja hacer al piloto ), nueve airbag (se incluye el de rodillas para el conductor), sensor de aparcamiento, plegado automático de los retrovisores exteriores con el cierre, llantas de 16 pulgadas. La versión más equipada monta llantas de 17 pulgadas, una cortina eléctrica en el techo acristalado panorámico (fijo el cristal, movible la cortinilla), faros bixenón, sensor de lluvia y de luces. En definitiva, que el Brera, que toma su nombre de uno de los barrios milaneses más chic (no se olvide que Alfa nació en Milán), resulta ser todo un lujo sensorial y un culto a la más ancestral filosofía automovilística de uno de los fabricantes emblemáticos en realizaciones especiales... ¡Forza! .

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