Los detectives piden ayuda

Tenemos el compromiso de la delegada del Gobierno, de los jefes de la policía y de toda la escala jerárquica de que se van a dedicar los recursos necesarios para averiguar quién ha matado a Luis Hernández». Quien así se expresa es Julio Gutiez, presidente de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España, que se refiere al empeño de las autoridades por descubrir al asesino de este detective privado que el pasado día 26 apareció sin vida en un descampado madrileño. La investigación está en manos del Grupo X de Homicidios. «Agentes muy expertos; son de los mejores investigadores en este tipo de casos», precisa Gutiez. ¿Y qué tipo de caso es? «Todo apunta a que ha sido un asesinato por encargo. Alguien a quien Luis estaba investigando estaba metido en asuntos sucios o ha descubierto algo durante su labor y quisieron quitarle de en medio. La actuación de los que lo llevaron a cabo ha sido muy especializada, ya que se han encargado de eliminar todo tipo de huellas», afirma el presidente de la Asociación Profesional. La policía ha descartado que haya sido una confusión y que el móvil fuera sexual. Le quitaron la documentación y la placa de detective que llevaba, por lo que sabían lo que era y no se pararon por ello. La víctima presentaba numerosos golpes por todo el cuerpo, por lo que se sospecha que le pudieron torturar para intentar sacarle alguna información. Pero los investigadores tienen la dificultad añadida de que los agresores no dejaron huellas, ya que el lugar donde fue encontrado no era el del crimen, sino donde le lanzaron desde un coche. «Luis tenía muchos años de experiencia y conocía muy bien las medidas de seguridad. Si hubiese visto que estaba en peligro hubiera podido salir, por eso me inclino a creer que le tenían localizado y lo ejecutaron por encargo», insiste Julio Gutiez, quien añade: «Me han dicho que tenga paciencia, porque estas investigaciones van despacio. Pero en la Asociación hemos creado una comisión de investigación que está colaborando con la policía». Éste es el primer asesinato de un detective privado en los últimos años. El primero que perdió la vida se produjo en 1977 a manos de ETA. «Fue una equivocación, pues acabaron con un auxiliar que trabajaba para una agencia en el País Vasco», resalta Gutiez. Eso sí, hace unas semanas, Salvador Martínez, detective privado en Cartagena, sufrió una bestial agresión que le llevó a perder el ojo izquierdo, trastornos en el habla, varias costillas rotas y cojera en la pierna izquierda. Todo con una barra de hierro en manos de un personaje relacionado con el caso en el que trabajaba. En Madrid y Barcelona también se han repetido agresiones de este tipo. «Todo esto obedece a que la gente es cada vez más violenta», sentencia Gutiez.