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Honda CR-V, refinamiento dinámico Tracción inteligente 4x4

Más bonito y equipado. Tracción total permanente, dos motores y dos cajas de cambios. El nuevo Honda CR-V se convierte en todo un ambicioso SUV, cuya tarifa arranca en 27.300 euros

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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La tercera generación del CR-V pone a Honda en situación de entablar batalla con lo más granado del emergente segmento SUV. Mucho más «agraciado» en lo estético, con mayores medidas de seguridad y tracción total permanente, está animado por dos motores, un gasolina de 150 CV y un turbodiesel de 140 CV, pudiendo elegirse, en el primer caso, entre cambio manual de 6 velocidades o automático de 5 y sólo con la caja manual en el caso del gasóleo. Honda abandona las formas cuadradas de anteriores generaciones CR-V para redondear unas formas ahora mucho más agradables. No solamente por un personalizado frontal en el que la solución de una prominente «boca» y el generoso paragolpes toman carta de naturaleza, también por el abombamiento de los pasos de rueda y por una zaga mucho más aerodinámica y sin aristas en la que, eso también, los grupos ópticos traseros «se disparan» hacia el techo del vehículo, mientras los delanteros profundizan en el estilismo «lágrima». La rueda de repuesto (convertida en una galleta de emergencia) abandona su, hasta ahora, habitual emplazamiento sobre el portón trasero (de apertura vertical en lugar de lateral) para situarse en el interior de un maletero cuya capacidad alcanza los 955 litros con las plazas traseras abatidas y los 556 litros en posición normal. Consecuencia: el nuevo CR-V entra por ojos. Si exteriormente el CR-V ha cambiado mucho, otro tanto sucede en el interior: buena ergonomía, asientos delanteros más grandes, volante de tres radios y múltiples regulaciones en beneficio de una postura de conducción que puede calificarse de impecable y, en general, con una revisión al alza en la calidad de los materiales y el ajuste de los mismos. Aunque el CR-V haya perdido 105 milímetros en su longitud total -por la rueda de repuesto- la habitabilidad interior se ha visto beneficiada por los 3,5 centímetros suplementarios en anchura y por el aumento de vías, de forma que el fabricante utiliza ahora una plataforma más generosa, lo que se acaba notando una vez se accede al interior del vehículo. En el capítulo mecánico, Honda sigue confiando en el conocido tetracilíndirco de gasolina 2.0 que entrega 150 CV y que, gracias a la mejor aerodinámica del coche, ofrece ahora unas prestaciones más interesantes, prácticamente las mismas, sobre todo en la media de consumo, según se opte por la caja manual de 6 velocidades o por la automática de 5. La versión diesel, que ya se presume como la más solicitada por los compradores, se confía al 2.2 litros de 140 CV (exclusivamente unida a la caja manual de 6 marchas) que, como es habitual en este tipo de mecánicas, juega su mejor baza en una contenida cifra de consumo medio: 6,5 litros por cada cien kilómetros. El nuevo CR-V se vende en cinco acabados: Confort, Sport, Executive, Luxury y Advance. Desde la terminación más sencilla (Confort) Honda ofrece el ABS con EBD, doble airbag frontal (conductor y acompañante) y laterales, control de estabilidad y tracción VSA, asistencia a la estabilidad cuando se arrastra una caravana TSA, aire acondicionado y radio con CD y MP3. En las versiones más altas de la gama se cuenta con cámara de visión trasera para ayuda al aparcamiento, un sistema de navegación de última generación con pantalla táctil, manos libres Bluetooh y techo solar panorámico. «En tiempo real», la tracción total se activa automáticamente sólo cuando se necesita y transmite instantáneamente el par motor (un 20% superior que en el sistema anterior) a las ruedas traseras, mejorando sensiblemente la estabilidad sobre pisos deslizantes, también en curva y en la maniobras de arranque.

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