Del llano a la cima en tan sólo doce años

En doce años en el banquillo del Ademar, Manolo Cadenas ha hecho un camino ascendente. Del llano a la cima. Cogió un equipo que acababa de descender de categoría y que se pudo mantener finalmente en la élite por la desaparición de dos equipos y en doce años ha hecho que el Ademar tenga un nombre entre los grandes del balonmano en España y en Europa. Manolo Cadenas empezó a entrenar muy joven. Con apenas veinte años ya sintió el gusanilllo del banquillo cuando se encontraba en Leganés. Una época en la que probaba fortuna como jugador, como extremo. «En aquel entonces -recuerda- era un jugador con muchas inquietudes, con muchas ganas de balonmano. Un amigo vio mi interés por el balonmano y me llevó a entrenar a los niños a Leganés. Y desde el primer día ya me enganchó esta actividad». Tanto fue así que Cadenas pasó los próximos años de su vida en esta población del extrarradio madrileño. «Allío estuve once años, haciendo principalmente una labor de cantera, con chicos y con chicas y sobre todo creando un grupo de entrenadores que pusieron al Leganés como la mejor cantera del balonmano español». Trabajar con los juveniles le gustaba,pero en su fuero interno aspiraba a algo más. A convertirse en entrenador profesional. «Esa fue siempre mi ilusión para dedicarme íntegramente al balonmano. En Leganés tenía que compartir clases de Educación Física y balonmano. Después, la primera oportunidad que tuve la aproveché y lo dejé todo por el balonmano. Tenía un trabajo fijo y decidí arriesgarlo todo haciéndome entrenador profesional de balonmano». Esa fue la época en la que Cadenas volvió a hacer las maletas para poner rumbo a Asturias y convertirse en el técnico del Naranco de Oviedo. Corría la temporada 1986/87. «Era un equipo de los de abajo. Allí estuve tres temporadas con un equipo de los de abajo y empecé a trabajar con gente joven, algo que ha sido habitual en mi trayectoria». Concluida la etapa asturiana, Cadenas volvió a dar un paso ascendente, en esta ocasión para fichar por el Teka de Santander, el mejor equipo por aquel entonces en la liga junto con el Barcelona, el que parece que será su próximo destino. Acababan los años ochenta y comenzaban los noventa. «En Santander -rememora Cadenas- estuve dos años. La primera temporada fue muy buena; estuvimos a punto de ganar la liga, no pudimos, pero al final nos hicimos con la Recopa de Europa. Cuando era difícil ganar competiciones europeas». La segund temporada en tierras cántabras las cosas se torcieron y Cadenas y su equipo sólo pudieron ganar la Copa Asobal. «No hicimos una buena temporada. La directiva tuvo dudas sobre mi continuidad. Yo tampoco estaba a gusto y decidí irme al Valladolid». En tierras pucelanas, Cadenas entrenó durante los próximos cuatro años de su carrera. Tras Valladolid, su carrera como entrenador le trajo a León en la temporada 1995/96. El Ademar estaba oficialmente descendido pero un golpe de fortuna le permitió seguir entre los grandes. Había una nueva directiva liderada por Juan Arias con un nuevo proyecto deportivo. Y al timón, Manolo Cadenas. En su casa, ha estado doce años. En cuanto a títulos el balance es realmente bueno: una liga, una Copa del Rey, una Copa Asobal y dos Recopas de Europa. De todos estos títulos el que Cadenas recuerda con más cariño es el de la Liga 2000/01 «Hay un dicho que dice que la gloria se valora por los medios que utilizas en conseguirla y aquella temporada, había pocos medios y el equipo quedó en cuadro por la marcha de gente muy importante. Sin embargo se dieron una serie de circunstancias sobre todo a nivel humano, que fueron fundamentales. Toda la gente del club, desde el presidente hasta el utillero y la afición, se volcó con el equipo y de esa suma de esfuerzo humano salió aquel título de liga. Será difícil que se repita algo así», advierte. Ahora, cuando le quedan apenas unos meses por delante para poner fin a su etapa leonesa, Cadenas piensa sobre todo en la Recopa de Europa que juega el Ademar. «Ese parece ser mi título -ha ganado tres- y de encantaría despedirme ganándolo de nuevo otra vez», asegura.