El arte de la guerra en «Call of Duty 3»

La recreación de la Segunda Guerra Mundial vuelve a las consolas. Call of Duty 3 (COD3) regresa a las tiendas con un espectáculo visual y sonoro sobresalientes que harán las delicias de los grandes aficionados al género bélico en primera persona. En esta tercera entrega, Treyach y Activision nos sitúan en el desembarco de Normandía, aunque con ligeros matices. No vamos a protagonizar el Día D -como hiciera hace unos años Medal of Honor , otro de los títulos míticos en este subgénero-, sino que nos encargaremos de las operaciones satélites que permitirán a Eisenhower realizar la operación militar más grande de la historia. En una primera parte, nos haremos con los mandos, aprendemos a disparar, a lanzar granadas y a movernos ante los soldados nazis. El jugador novato cogerá a vuelo los controles, que no son de una gran complicación; el veterano de la saga verá que no ha cambiado nada con respecto a su antecesor y soltará unas maldiciones para que acabe enseguida la pantalla guía. El modo de juego tampoco ha variado de forma sustancial y nuestro personaje se encuadra en una unidad del ejército americano, con lo que podemos delegar parte de nuestra responsabilidad en el resto de compañeros. Gran amplitud En la primera misión toma de -Saint Lo- hayamos una de las grandes novedades del Call of Duty 3 : la amplitud de campo. Como la gran mayoría de juegos de este género, este título tiene le camino fijado. El jugador tiene que ir desde la casilla uno hasta la última y no hay nada más. Pero COD3 nos ofrece una anchura en cada misión espectacular. Permite al jugador decidir porqué recovecos quiere ir, si prefiere ir campo a través o entre los arbustos o ir de frente contra el enemigo o pillarles por la retaguardia. Las posibilidades son infinitas y es un gran acierto de los creadores. Podemos levar a nuestra unidad por el mejor camino o fastidiarla y encontrarnos con decenas de cabreados alemanes con intenciones muy malas. Por supuesto, la recreación de todas las escenas y los detalles de los soldados y sus aparejos son excepcionales. Las armas, los uniformes, los edificios en ruinas o los vehículos (por citar algunos) están cuidados hasta el más mínimo detalle. Es patente la participación de historiadores en la elaboración del juego, que corrigieron algunos detalles que los programadores querían incluir. Sin embargo, no pudieron decir nada de la recreación sonora del juego. Es espectacular. Cada paso de un avión, el derrumbamiento de una casa o el vacío de un cargador es una sorpresa por su semejanza a la realidad. Si el jugador tiene la posibilidad de enchufar la consola a una televisión con buenos altavoces o con un sistema auditivo decente, va a flipar. Además, con los mandos de la Wii sólo le faltará pintarse la cara de verde y ponerse un casco para sentir (casi) de verdad una guerra. Call of Duty 3 , en definitiva, es una maravilla y un titulo indispensable para los amantes de la acción.