Un ritual sostenido y transmitido por las mujeres rurales

La memoria de las mujeres es la principal transmisora de la tradición del canto del Ramo en León. Lo remarca Miguel Manzano que, durante la década de los ochenta, recopiló varias decenas en la provincia leonesa y quedó deslumbrado por la prodigiosa memoria de las ancianas que se los cantaron. Esta Navidad se recuperó el rito en algunos pueblos como Fresno de la Vega y Cembranos. En el primero hacía 26 años que no se cantaba y casi una década en Cembranos. Es oficio de mozas, pero son las mujeres más mayores de los pueblos las que han dado el paso para no olvidar para siempre esta tradición navideña. Pero si rito es el canto, no menos importante es el ritual de la decoración del ramo. Otra tarea colectiva que también singulariza a cada pueblo. En el ramo se ponía lo mejor en telas y en manjares y flores, pero «cuando no había dinero poníamos las cintas del colchón», recuerda Ángela en Fresno de la Vega. En muchos pueblos se rifaba el ramo después de cantarlo o se pedía para las flores, como en Armunia.