El vino a precio de coste

La oferta de vino en los restaurantes se ve en los últimos tiempos sometida a muchas especulaciones. Por un lado la vigilancia de las carreteras en busca de conductores que sobrepasen la tasa autorizada de alcohol, y por otro los precios que las grandes denominaciones de origen imponen a sus caldos, hacen que los comensales se lo piensen mucho a la hora de pedir un vino para acompañar las viandas. Una de las medidas que se han tomado, imitando a restauradores extranjeros, es la de ofrecer al cliente la posibilidad de llevarse a su casa la botella con el resto de vino que haya quedado. Para ello incluso se han encargado unas bonitas bolsas en las que llevárselo. Así se consigue que el conductor se tome solamente una copita y no tenga la pesadumbres dejar la mayor parte de su inversión sobre la mesa. Otra medida, también original, es la que desde hace cuatro años viene ofreciendo durante el mes de febrero el Restaurante Roxy , de Valencia de Don Juan. En este estupendo establecimiento hostelero se cambian los precios de la bien nutrida carta de vinos, dejándolos en su mínima expresión, es decir, marcando las botellas con el mismo precio que los bodegueros le ponen al restaurante. En esta oferta se incluyen caldos de todas las procedencias, hay, por ejemplo, algunos rosados de Prieto Picudo, por 3 euros y en el otro plato de la balanza existe un noble Pingus del 500, siempre a estricto precio de compra en bodega. La medida es buena, pero quizá no habría que llegar a estos extremos si los bodegueros tuvieran conciencia exacta de lo estratosféricos que son los precios de buena parte de sus productos. Antes de la venida del euro, si en un bar hubieran intentado cobrar 500 pesetas por una copa de vino, la gente su hubiera llevado las manos a la cabeza. Hoy, 3 euros (500 pesetas), es el precio de oferta para algunos vinos de Ribera del Duero, Rioja... incluso para algún Bierzo. Una locura, una de esas burbujas económicas que algún día tiene que explotar. Pero estamos hablando del coyantino Restaurante Roxy , y aprovechando estas jornadas del vino que con tanto acierto ha instaurado, vamos a comentarles también su carta, basada siempre en lo más tradicional de la cocina leonesa. Como entrantes ofrece, entre otros interesantes platos, Ensalada templada de gambas, bacon y champiñón, Almejas a la marinera, guisantes, espárragos verdes y alcachofas naturales, Mejillones en salsa picante o Liebre con patatas. El pescado estrella del establecimiento es el bacalao al ajo arriero, a la moda más tradicional, como se hace desde tiempos inmemoriales en esta comarca, y que tiene su mayor exponente en la cercana localidad de Valderas. «Hay, naturalmente, pescados frescos -comenta su propietario, Eugenio González Rubio- siempre frescos y nunca de piscifactoría, lubina, merluza, mero... depende de lo que cada día encontremos en el mercado». También hay que hacer mención especial de la alta calidad de las carnes del Restaurante Roxy , que habitualmente y si el cliente no pide otra cosa, ponen a la parrilla. Hay los tradicionales solomillo y entrecot de añojo y ternera y las imprescindibles chuletillas de lechado, otra especialidad de la comarca. También tienen Lengua estofada, Callos a la leonesa, Pichones guisados, Rabo con mollejas, Rabo con setas, Pollo de corral y Perdices guisadas. «Todos los días -nos comentan- ofrecemos un plato de cuchara. Los miércoles ponemos cocido, luego según el día hay Lentejas con chorizo, Garbanzos con callos... en cuaresma los viernes hacemos el tradicional potaje de garbanzos con bacalao. También, de lunes a viernes tenemos menú del día a 10 euros». Finalmente digamos que este restaurante coyantino ofrece una extraordinaria carta de puros habanos, «la mejor de la provincia y una de las mejores de España», según su propietario.