Debemos cambiar los hábitos

Para evitar que estos pronósticos se hagan realidad, la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia incluye una serie de medidas hasta el año 2012 con las que se pretende reducir el consumo de energía un mínimo de un 1% anual, sin que se vea perjudicado el crecimiento económico y el empleo. Entre otras acciones se incluye subir el precio de la luz para penalizar el derroche en domicilios y oficinas, incrementar el uso de bombillas y aparatos de bajo consumo, regular la temperatura en edificios públicos y grandes almacenes, prohibir las calderas de carbón en las viviendas a partir del año 2012, limitar el consumo de aire acondicionado, aumentar el transporte público (más trenes y barcos), que todos los electrodomésticos tengan una certificación energética, rebajar los impuestos a los biocombustibles y subírselos a los coches muy potentes. Además, los gobiernos autonómicos deberán poner en marcha una serie de actuaciones que se centrarán, más que en las industrias, en los llamados sectores «difusos» (hogares, transporte, construcción), responsables del 60% de las emisiones, procurando cambiar los hábitos de los ciudadanos. Prevén los expertos que en el año 2012 las emisiones crezcan en España el 65% (ya va el 52%) respecto a los niveles de 1990. El objetivo es que en el horizonte previsto el aumento sea del 37%, para lo que nuestro país deberá comprar cuotas de emisión, lo que supondrá un coste superior a 3.000 millones de euros.