«La variedad de edades equilibra elaula»

|||| «Cuando los jóvenes de 18 años deciden venir a estudiar a este centro es porque ya han descubierto muchas cosas, han visto que se han quedado atrás, que otros alumnos están en el acceso a la Universidad y entonces es cuando ven la necesidad del título que no lograron en el instituto». Quien así define el ambiente de las clases en el centro es la coordinadora de segundo ciclo de secundaria (módulos 3 y 4), María José Manchón. «Lo que hacen estos chicos es responder a unas necesidades que tienen, y eso no ocurre cuando tienen 14 años, edad en la que la necesidad de que estudien la ven los padres, pero no ello». El descubrimiento de estos jóvenes de las exigencias del mercado laboral les hace agarrarse al pupitre que les garantiza unos conocimientos básicos que les permita abrirse paso en le mercado laboral. Los problemas de disciplina desaparecen del aula, «aquí es una balsa», comenta Manchón, «hay un factor importante, que es la edad. Hay una relación extraordinaria entre ellos y con los profesores. Desde mi punto de vista, impartir clases a estos alumnos es extraordinariamente gratificante». La variedad de edades en la clase- donde pueden haber alumnos de 18 a 50 años, con distintos tipos de vida- permite que todos compartan experiencias, «se equilibra mucho la capacidad de escuchar, de estar atento y la necesidad de aprender».