El riesgo de atentados islamistas es ahora mayor

|||| El España es hoy «más blanco» de Al Qaida que antes de los atentados del 11-M. Ésta es la preocupante conclusión a la que ha llegado Fernando Reinares, ex asesor del Gobierno e investigador del Real Instituto Elcano, tras comprobar como han proliferado en los últimos meses los llamamientos de sus líderes a atentar contra intereses nacionales dentro y fuera del país. A eso se suma que las organizaciones islamistas del norte de África se han integrado de forma más activa en la red, con lo que están mucho más preparadas para atacar que hace tres años. La conclusión es inevitable: «Un próximo acto de terrorismo internacional no parece algo inverosímil». No es nuevo que los dirigentes de Al Qaida enardezcan a sus seguidores sobre la necesidad de recuperar el mitificado territorio de Al Andalus, pero sí la «frecuencia y agresividad» con que lo han hecho en los últimos tiempos. Hasta tres veces lo ha reclamado en los últimos ocho meses Ayman al Zawahiri. El número dos y líder estratégico de la red ha colocado la «ocupación española de Ceuta y Melilla» al mismo nivel que Palestina y Chechenia. Y no ha dejado de subrayar que hay tropas españolas desplegadas en Afganistán y Libia. «Posiblemente se está instando a no demorar en exceso la comisión de atentados de suelo peninsular», sospecha el académico. El islamismo radical, continúa el estudio, ha ganado un importante número de adeptos en el Magreb en los últimos años, al tiempo que ha reforzado su presencia en España, Francia e Italia. Buena parte de esta pujanza se debe a que la estructura más importante de la región, el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, ha pasado de ser una entidad filial a integrarse en Al Qaida. La organización, relativamente debilitada por las numerosas operaciones contraterroristas de los últimos años, ha podido rearmarse con nuevos recursos económicos y humanos. Objetivos La nueva agrupación, bautizada como Organización de Al Qaida en el Magreb Islámico, ha absorbido a los grupos menos articulados de la región, muchos de ellos localizados en España. A éstos se suman, indica el documento, las células que aún se mantienen independientes y los paquistaníes radicales que se han asentado en las comunidades musulmanas de Cataluña. Todos ellos intentan movilizar la simpatía por Al Qaida que manifiesta, según el Departamento de Estado estadounidense, entre un 10% y un 15% del millón de los mahometanos que viven en España. La posibilidad de gran atentado no se disipará ni a corto ni a medio plazo, sostiene Reinares.