Para comer como un pirata del Caribe
La taberna temática «Capitán Jack» espera a los más jóvenes con un suculento menú para grumetes
Con diez cañones por banda/ viento en popa a toda vela/ no corta el mar sino vuela/ un velero bergantín, bajel pirata que llaman por su bravura el temido... Los románticos versos de Espronceda son estupendo prólogo para nuestra etapa gastronómica de esta semana. Visitamos Capitán Jack, café restaurante, cervecería y, sobre todo, taberna temática, en la que el visitante puede sumergirse en un terrorífico mundo que recuerda a los bucaneros que asolaban los mares del uno al otro confín, sobre todo el Caribe, en los tiempos en los que América, recién descubierta, se convirtió en la suministradora de oro plata para la viaja Europa. Los cinematográficos Piratas del Caribe , han tenido mucha culpa de la decoración de esta singular taberna temática situada en el centro de León. Ya en la fachada del establecimiento las calaveras de los muertos vivientes anuncian lo que vendrá después que, gastronómicamente hablando se compendia especialmente en el Menú del grumete. Marga y su hijo Alejandro, con la colaboración de Sheila, forman la tripulación de este bravo bergantín. Confiesa Marga que la cocina que hace «está basada en los menús que tradicionalmente se hacen en cualquier casa. Se trata de ofrecer cada día un menú diferente para aquellos que no pueden dejar sus obligaciones y tienen que comer de restaurante y también de satisfacer a los jóvenes que quieren darse una fiesta. Por eso ofrecemos la posibilidad de elegir entre varios tipos de arroz, de pasta y de los que tradicionalmente llamamos de cuchara. Hoy, por ejemplo, tenemos además Espárragos con mayonesa, Ensalada mixta y Guisantes con jamón, de primeros. En los segundos, Lomo con pimientos, Jamón asado y patatas, San Jacobo con guarnición, Pollo frito y Merluza en salsa». Los postres son uno de los grandes atractivos de esta original casa de piratas. «Especialmente el Flan de chocolate blanco, que me sale maravillosamente -dice Marga- también el Flan de choco-menta, el Arroz con leche y la Crema de limón. Pero de lo que más disfrutan nuestros clientes es de las salas con las que acompañamos la pasta y el arroz y también las cremas de los postres, son nuestro auténtico tesoro culinario». Digamos que el Menú del grumete cuesta. Con pan, bebida y postres 8,90 euros. En cuanto a otras opciones, siempre con la óptica pirata por delante, nos encontramos con Queso provolone a la parrilla, Costillas picantes con ajo o limón, o flambeadas al Cointreau o al ron-miel. Pollo frito con picante, ajo o limón. Patatas picantes, al ali oli, al queso o con salsa Barbaroja y Pinchos morunos con salsa. Y ya en tono más tradicional tabla de embutidos de León, Chorizos a la sidra, Chipirones a la plancha, Calamares a la romana, Jamón asado al queso y Morcilla, picadillo y bacón con patatas. Y entre batalla y batalla marítima, también se pueden degustar en Capitán Jack platos combinados, Nachos dos salsas y Nuggets de pollo... y ensaladas. La Capitán Jack lleva lechuga, piña, jamón, atún, melocotón, manzana, soja y zanahoria. La templada: lechuga, tomate, gulas, gambas setas y pimientos del piquillo y la Mixta los ingredientes normales. También cocinan menús para que los clientes se los lleven a sus veleros particulares. En la bodega del barco priman los caldos de poca graduación que tanto gustan actualmente a los jóvenes, a los que, como habrán visto, va dirigida la mayor parte de la oferta de la casa. Pero también hay dos o tres marcas por cada una de las denominaciones de origen más famosas. El precio más caro es el de un Ribera de 10 euros. El más barato, naturalmente el de la casa, 3,50 y el precio medio está alrededor de los 9, lo que está muy bien. Otra oferta importante es la brindan en la carta de infusiones con más de una docena de tipos de té y otras hierbas más o menos mágicas para hacer la digestión. Que es mi barco mi tesoro,/ que es mi dios la libertad,/ mi ley, la fuerza y el viento,/ mi única patria, la mar. Así eran los piratas románticos a los que cantaban los poetas y así es la oferta gastronómica de Capitán Jack, una taberna temática joven y divertida. Que tengan ustedes buena singladura.