Patrimonio de altura
Gigantes y cabezudos. Personajes de cartón fallero, extravagantes. Son parte del patrimonio de un pueblo, como la Catedral. El Ayuntamiento, con la colaboración del Diario de León, organiza unas charlas para fomentar el interés por esta tradici
«El patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas». Así define la Unesco la cultura de los pueblos, de la que sin duda forman parte esas figuras extravagantes de cartón fallero que recorren las calles anunciando la fiesta, la juerga y la celebración, adornadas de forma excesiva y con vestidos de vistosos colores, siempre seguidos por la chiquillería que, en León, danzan al ritmo de la dulzaina y la caja. Los gigantes y cabezudos de León esperan, pacientemente, que esta cultura de la fiesta no sólo perdure sino que aumente, se difunda y se promocione. Y que sea la gente joven la que la mantenga. Ese es el objetivo que mueve a la Concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de León, que ha iniciado un plan de recuperación de la tradición, con la colaboración del Diario de León. Los responsables municipales buscan gente con «entusiasmo e identificación». Estos son los requisitos que deben cumplir los jóvenes que tengan interés en cuidar y promocionar una de las máximas expresiones de la cultura popular, arraigada en León desde hace más de un siglo. El cronista oficial de León, Luis Pastrana, ofrece datos de la tradición de los Gigantes y Cabezudos en la ciudad en su libro Políticas ceremonias de León, siglo XXI . Pastrana dice que los gigantes y cabezudos fueron estrenados en León en mayo de 1901, y escribe: «apenas salieron unos pocos años intermitentemente, y quedaron guardados en unos sótanos de la Catedral. Cándido Alonso intentó su rescate en sus años de gestor municipal, sin conseguirlo, hasta que ya en 1947 se incorporaron al desfile de las fiestas tras ser restaurados en casa de Máximo Fernández, que se valió de una foto de Honorato Puente, y vestidos por Ciriaco». De esta iniciativa da cuenta un artículo titulado «¿Los gigantones de nuevo?» publicado en el diario Proa en febrero de 1945. «Sería interesante» - se lee - «que se llevase a la práctica la idea y tuviéramos en León los «gigantones» que han conocido los modernos habitantes, «cabezudos» que lo acompañaron y la famosa Tarasca, modernizada». El Ayuntamiento de León ya restauró el año pasado dos parejas de gigantes -el leonés y la leonesa y el rey y la reina moros- y la Tarasca, e incorporó al espectáculo otras dos figuras, la Pícara Justina y San Froilán, obra del escultor Raúl Mosquera, artesano de la fiesta. Mosquera tiene el encargo de restaurar este año los cabezudos, que recorrerán las calles de León en San Juan y San Pedro con su nuevo lavado de cara. Que se acerquen los niños Los responsables municipales han visitados casi todos los colegios de Secundaria y algunos de Primaria para dar a conocer a los niños la procedencia de la tradición de cartón fallero. Muchos de ellos han manifestado su interés por formar parte de esta cuadrilla -que los responsables municipales creen que no deberían de bajar de 32 personas- que cuide y porte estas figuras en su paseo por las calles de la ciudad. El Ayuntamiento, con la colaboración del Diario de León, ha programado un ciclo de charlas y conferencias que serán de gran interés para los amantes de las tradiciones locales. En estas conferencias intervendrán Raúl Mosquera Lobo, artesano; Jesús Bayón, dulzainero y Héctor Luis Suárez Pérez, profesor superior en Musicología, pedagogía musical y solfeo.