LIBRO
Comiendo con los ojos
|||| Everest fue en su día el máximo exponente editorial en guías turísticas. Con el paso del tiempo y sin abandonar aquella línea, se ha convertido, además, en uno de los más importantes productores españoles de libros infantiles y juveniles y, sobre todo, en auténtica referencia de los libros de gastronomía y cocina. Esta pujante empresa leonesa ha lanzado en las últimas semanas varios importantes libros dedicados a la gastronomía en muy diversas facetas. Hoy les hablaremos del espectacular TSXXI. Tapas en la gastronomía del siglo XXI, del que es autor Paco Roncero. El momento de gloria de este cocinero fue la organización, junto a Ferrán Adrià y Juan Mari Arzak, de la cena de gala del Enlace Real del Príncipe Felipe y doña Leticia. Además de dirigir y asesorar algunos destacados establecimiento hosteleros españoles, es colaborador habitual de varias publicaciones nacionales e internacionales y continuamente viaja por el mundo haciendo demostraciones e impartiendo conferencias. Roncero está considerado como el más aventajado discípulo de Adrià y ha revolucionado el panorama gastronómico madrileño desde la cocina del Casino de Madrid . El libro de tapas que comentamos es un auténtico lujo editorial, pero es, por encima de todo, un volumen que abre nuevos caminos en ese mundo liliputiense de la gastronomía que son las tapas. Ciertamente que en la buena cocina tiene poco que ver el tamaño del plato y menos en la coquinaria actual en la que una de las fórmulas que más aceptación tiene es la del menú degustación, en el que en realidad lo que se ofrece es una serie de tapas muy bien elaboradas. Destacan en la propuesta del joven cocinero la originalidad y el empleo de nuevas tecnologías que hacen de su cocina una especie de sabroso laboratorio en el que todo es posible. Esta es la segunda edición del volumen, lo que habla por sí solo de la buena acogida que ha tenido por parte de un público eminentemente preparado. Y es que este Tapas del siglo XXI, es una verdadera delicia visual, con impresionantes fotografías, algunas del autor, realizadas sobre unas tapas que más allá de sus texturas, aromas y sabores, tienen una enorme belleza plástica, y algo que invita a que involuntariamente la boca del lector se llene a agua.