CARRERAS ILEGALES
La Gumball 3000, la carrera de los millonarios, acaba hoy en Londres
Circulan por carreteras abiertas al tráfico, conduciendo potentes superdeportivos, transgrediendo las normas y los límites de velocidad
D esde hace siete días un centenar de excéntricos, multimillonarios y famosos han recorrido 3.000 millas a bordo de los más caros, rápidos y espectaculares coches del mundo. Exhibicionismo en estado puro, en esto consiste la Gumball 3000, un rally que roza la ilegalidad y que en esta ocasión ha llegado a su octava edición. La Gumball 3000 puede considerarse la versión europea y moderna de la Cannonball, una alocada carrera que durante los años setenta discurría entre las ciudades de Nueva York y Los Ángeles y de la cual se llegaron a hacer dos películas con Burt Reynolds y Roger Moore como protagonistas. A la Gumball 3000 no le falta el glamur de la clásica carrera americana. En ediciones anteriores han participado actores y famosos de la talla de Adrien Brody, novio de la española Elsa Pataky, el skater Tony Hawk, el líder del programa de la MTV Jackass , Bam Marguera, o la modelo Caprice, entre muchos otros. Este año el rey del porno español, Nacho Vidal, se embarcó también en esta aventura al volante de un Porsche 911, mientras que otra de las caras conocidas que pudimos ver en la salida fue la del cantante británico Jamiroquai, una auténtico apasionado de los coches potentes. Mil y un caballos Muchos recordarán la polémica que levantó en el año 2004 la Gumball 3000 cuando atravesó la Península de norte a sur para llega a Casablanca y regresar al Gran Premio de España de Fórmula 1. En esa ocasión muchos participantes fueron detenidos en las carreteras de la costa mediterránea por los Mossos d'Esquadra por saltarse a la torera todos los límites de velocidad establecidos. A los detenidos poco les importaba lo que las autoridades dijesen, sacaban fajos de billetes de 500 euros como si de papel mojado se tratase, pagaban y seguían a toda velocidad hasta el siguiente punto establecido. Este año la mal llamada carrera ni se acercó a nuestro país. La salida estaba situada en pleno centro de Londres, en Pall Mall, donde a primera hora de la tarde del pasado domingo 29 de abril dio comienzo esta nueva edición. Allí se pudieron contemplar coches de la talla del Bugatti Veyron, el coche de los 1.001 caballos y más de 400 kilómetros por hora de velocidad punta, con dos unidades inscritas. No eran para menos otros modelos como el Ferrari Enzo, Pagani Zonda, Porsche Carrera GT o Lamborghini Murciélago, por destacar algunos. Les quedaban 3.000 millas de ruta. De Londres salieron con el acelerador a fondo para llegar lo antes posible a Amsterdam. Una vez que la luz del día se había acabado, las luces de xenón les mostraron el camino hacia Fráncfort, donde la policía llegó a detener a dos participantes por exceso de velocidad. Al día siguiente Lamborghinis, Ferraris, Porsches y Bentleys eran facturados en unos impresionantes aviones Antonov con destino a Estambul. De allí siguieron hacia Atenas, Triana, Dubrovnik y Bratislava, que fueron los puntos por donde los coches pasaron de forma fugaz por autopistas y carreteras secundarias. En Berlín miles de personas querían ver los impresionantes coches, pero ante los problemas que los participantes tuvieron con la policía seis días antes, la organización decidió variar la ruta e ir directamente a Londres, sin pisar Alemania. La llegada a la capital británica está prevista para esta misma tarde. La Gumball 3000 es una aventura reservada a esos millonarios con complejo de pilotos frustrados, pero que disponen de 28.000 libras o, lo que es lo mismo, casi siete millones y medio de las antiguas pesetas para gastarse en la inscripción de este evento, en la que por supuesto se incluyen los mejores hoteles y restaurantes del mundo. Como en la Cannonball, el premio es simbólico, una máquina de chicles, aunque el verdadero premio para estos caprichosos es satisfacer su ego con una multitudinaria exhibición.