El diseño de la ensoñación... culto al «cielo abierto»
Chrysler Nassau, Dodge Demon Roadster, Jeep Trailhawk... Los americanos del Grupo Chrysler dejan volar la imaginación en la exploración de nuevos conceptos en el diseño de sus automóviles. Puede que nunca vean la luz «tal cual»... aunque sus so
Cuatro puertas y cuatro plazas en un expresivo diseño que Chrysler bautiza Nassau y que, a pesar de tener una batalla ligeramente superior a los tres metros, parece visualmente más compacto que la generosa berlina 300C. Con un exterior fluido y especialmente desarrollado en su estilismo, el Nassau hace gala de unas formas singularmente compactas debido, entre otras cosas, a unos voladizos -anterior y posterior- muy recortados. Eso, y una superficie de carrocería que cubre las generosas llantas de diez radios y 21 pulgadas. Para acentuar el color azul perla de la carrocería, el acabado de las zonas inferiores de la caras frontal y posterior son plateados, mientras la superficie inferior de la carrocería se define mediante un sutil corte que se levanta ligeramente hacia la rueda trasera. Aún en su condición de roadster (descapotable) la novedad estético práctica del Nassau viene dada por la adopción de un arco de techo semejante al de una berlina, con lo que este prototipo de concepto resulta ser un auténtico «coche cerrado» de cuatro puertas, en el que sus cuatro ventanillas se bajan completamente y donde no existe pilar central, lo que contribuye a la sensación de coche abierto. En perspectiva lateral, la parte superior de la puerta trasera se inclina ostensiblemente y, visto desde arriba, la zaga del coche termina con unos trazos muy inclinados. Incluso las luces traseras resultan ser gráficamente el reverso de los faros delanteros, con unos cristales que se ensanchan conforme se acercan a los extremos y tienen un elemento brillante que destaca a lo largo de su parte inferior. Gran parte del cristal dispone de filas de rectángulos brillantes dispuestos en un campo rojo, de forma que ayudan -los rectángulos- a trazar la superficie de los paneles traseros cuando las luces están apagadas. Además, toda la iluminación exterior del Nassau resulta visual y estéticamente singular gracias a la utilización de unas atípicas texturas, colores y tecnología LED. Donde más se notan las innovaciones estéticas propuestas en el Nassau es en un frontal en el que Chrysler reinterpreta su tradicional calandra: cromo y aluminio satinado con, además, unos grupos ópticos, largos y estrechos, que acaban por -prácticamente- adueñarse de los pasos de rueda delanteros que, en la concepción de sus diseñadores, evocan subliminalmente las alas extendidas del emblema de la marca. En el interior, el tablero de instrumentos resulta ser un escaparate para las nuevas tecnologías en visualización de datos. La selección de las marchas se efectúa mediante un control «pod» montado en el mismo tablero de instrumentos, mientras en el volante se sitúan unas palancas auxiliares. En la superficie superior del tablero, donde se aloja el grupo principal de instrumentos, hay una amplia abertura ovalada asimétrica que recuerda la famosa escultura Pájaro en el espacio , de Brancusi. Finalmente, justo por detrás del habitáculo de los pasajeros, la superficie de la tapa del maletero, inspirada en la popa de una embarcación, tiene cinco franjas de acero inoxidable, que recuerdan las terminaciones de los maleteros de los históricos modelos de antaño.