Los agricultores españoles también reciclan sus envases

Durante el año pasado, la agricultura española utilizó 150 millones de kilos de plaguicidas o fitosanitarios, es decir, productos destinados a erradicar plagas e infecciones de los cultivos. Sólo de los envases que contienen estos productos, la actividad agraria genera entre 6.000 y 7.000 toneladas anuales. El año 2006 se cerró con la recuperación de 2.041 toneladas de envases, un 32,5% de las 6.279 que se pusieron en el mercado y un 41,2% más que las 1.445 recogidas el anterior. Del total recuperado, el 66,8% (sobre todo plástico) fue reciclado, mientras que un 22,3% se aprovechó para obtener energía. Un 9,9% tuvo como destino un depósito seguridad y, el 1% restante se reutilizó. Así se afirma en el informe de gestión de Sigfito Agroenvases, el Sistema Integrado de Gestión de residuos fitosanitarios, similar a los existentes para los envases domésticos o el vidrio (Ecoembes, Ecovidrio), que en los cinco años que lleva en funcionamiento ha recuperado más de 5.000 toneladas de desechos. Se trata de residuos peligrosos, cuya mala gestión puede provocar problemas ambientales en el medio rural como contaminación del suelo, los acuíferos y la emisión de gases tóxicos, y hasta impactos paisajísticos, ya que la mayor parte de los no recuperados son abandonados o quemados en el campo. Crecimiento Andalucía es la comunidad que más envases se generan (33,5%), y también donde más se recogen (28,5% del total). Las cuatro comunidades mediterráneas, Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia y Cataluña, centran las dos terceras partes de la actividad de Sigfito. Durante el año pasado, Aragón fue la que presentó un mejor comportamiento respecto al anterior, al haber crecido el 123% y situar su tasa de recuperación por encima de la media nacional (38,7%, frente al 32,5%). Castilla y León, Castilla-La Mancha y Navarra le siguen en este ranking. Destaca el crecimiento de la Comunidad Valenciana, siendo la que mejor aúna una alta tasa de recuperación (42,6%) con una gran generación de envases (15% del total). El campo riojano es, con diferencia, el que más envases fitosanitarios recicla, prácticamente 3 de cada 4. En Navarra se recogieron el 59,2% de los envases que se utilizan y en el País Vasco el 52,6%. La agricultura de Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón y Baleares, tienen también índices de recuperación por encima de la media. En cuanto a los puntos de recogida, hay 1.686 distribuidos a lo largo del territorio nacional (149 en Castilla y León) repartidos entre establecimientos de venta y distribución de productos fitosanitarios, cooperativas agrarias y explotaciones, en las que Sigfito tiene instalados contenedores para que los agricultores del entorno, con independencia de que sean clientes de la tienda o socios de la cooperativa, puedan depositar de forma gratuita los envases fitosanitarios. Sólo se recogen envases vacíos de fitosanitarios, no admitiéndose recipientes con resto de producto ni otros envases o residuos agrarios. La ley obliga a los agricultores a deshacerse de este tipo de envases de forma limpia. Además, se evitan sanciones (más de 3.000 euros) y logran cumplir requisitos que cada vez son más solicitados para acceder a ayudas o certificados de calidad, esenciales para la venta de los productos agrícolas. Según Pedro García-Milá, presidente de Sigfito, «acabamos de cumplir cinco años y para nosotros es un aniversario feliz. Detrás de los datos está la demostración de que el sistema funciona. La cultura del reciclaje ha llegado a la agricultura y es ya imparable». A la hora de agradecer resultados, se refiere de forma fundamental a los agricultores afirmando que con su colaboración en la entrega de envases, están demostrando que es posible modificar ciertos hábitos, considerados perjudiciales para el medio ambiente. De cara al futuro García-Milá asegura que hay que seguir creciendo, ya que una buena parte del sector agrario aún no utiliza un servicio que está pagando el propio sector. «Tenemos que recoger muchos más envases, cuyo abandono supone un perjuicio medioambiental que la agricultura no puede permitirse. En estos tiempos, la agricultura que quiera sobrevivir tiene que ser limpia y sostenible», afirmó.