Cada día desaparecen del Planeta más de 150 especies
En el Día Mundial de la Biodiversidad la ONU recuerda que, además del cambio climático, inciden en el declive de flora y fauna la contaminación, las especies exóticas, la sobreexplotación y el furtivismo
A pesar de que la biodiversidad asegura tanto los recursos alimentarios como los médicos de la humanidad (el 70% de los productos farmacéuticos son de origen natural), fauna y flora atraviesan uno de los peores momentos de la historia. Con motivo del Día Mundial de la Biodiversidad, que este año tuvo como lema «La biodiversidad y el cambio climático», Ahmed Djoghlaf, secretario ejecutivo de la Convención para la Diversidad Biológica de la ONU, ha advertido que cada día desaparecen en el mundo 150 especies, lo que supone la mayor pérdida biológica desde la extinción de los dinosaurios, y que no existe ninguna duda de que el cambio climático y la pérdida de diversidad están íntimamente relacionados. Esta relación también va en sentido inverso, porque esa pérdida y la degradación o destrucción de los hábitats naturales (arrecifes de coral, bosques o manglares), contribuyen al cambio climático. Djoghlaf recordó, además, que en los bosques y las extensiones de turba se almacenan enormes cantidades de CO2, y que los manglares son decisivos para impedir el aumento del nivel del mar. También hizo referencia al informe «Evaluación de los Ecosistemas del Milenio», en el que se afirma que la progresiva degradación de las dos terceras partes de los ecosistemas puede tener consecuencias desastrosas para la humanidad en los próximos cincuenta años. Flora y fauna Junto al cambio climático, la contaminación, las especies exóticas, la sobreexplotación de los recursos y el furtivismo son algunas de las causas que inciden en el declive de flora y fauna. Además, el crecimiento de la humanidad, con la consiguiente tala de bosques y la destrucción de selvas tropicales, está acabando con los hábitats de más de mil especies de aves que podrían verse amenazadas. El sobrepastoreo es culpable de la pérdida del 40% de las praderas y estepas (Asia, África y Australia). Y en cuanto a los humedales, esenciales para las aves migratorias, se han reducido a la mitad en el pasado siglo. La Lista Roja de Especies Amenazadas, elaborada por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), alerta que hay más de 16.000 en peligro de extinción, lo que significa que uno de cada tres anfibios, una de cada ocho aves, uno de cada cuatro mamíferos y la cuarta parte de las coníferas están amenazadas. Además, 65 sobreviven sólo en cautividad o en cultivo. Según UICN, el lince ibérico está a punto de extinguirse (quedan menos de 150 ejemplares), al igual que el zorro ártico, cuya reducida población tiende a la baja. También están en peligro, leopardo asiático, pantera de las nieves, gorila de montaña, tortuga galápago, cocodrilo del Nilo, oso polar o caballito de mar. Los países con mayor biodiversidad (Brasil, Australia, China, Méjico, India) son los más afectados y las especies más amenazadas suelen estar en zonas de alta densidad poblacional. Por eso, la ONU advierte que si no se conserva y usa de forma sostenible la biodiversidad no será posible alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, calculándose que durante los próximos 50 años la demanda de alimentos aumentará entre el 70 y el 85%, y la de agua entre el 30 y el 85%. En cuanto a la flora, la extinción amenaza al 50% colocando al Ecuador en especial peligro. El 70% de los bosques primarios están amenazados por la tala ilegal y hay más de 1.000 especies de árboles afectadas por la explotación forestal indiscriminada. Lo mismo sucede con más de la mitad de las palmáceas y la cuarta parte de las coníferas. En España la situación no es mejor. Unas 150 especies de plantas y animales están seriamente amenazadas (oso pardo, águila imperial, alimoche, foca monje, cangrejo autóctono, trébol de cuatro hojas o malvasía cabeciblanca) y, en los últimos cien años se han extinguido al menos 17 especies y subespecies de animales (la última, el bucardo) y 24 de plantas.