ETIQUETA
Fomentar el ahorro, combatir la usura e inclinar al trabajo
|||| La historia del Monte de Piedad de León, y de la Caja de Ahorros, está íntimamente ligada a los esfuerzos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, cuyos primeros planes para crear estas instituciones de ahorro se remontan a 1835. Ya el gobierno apoya entonces su creación como instituciones destinadas a «fomentar el ahorro entre las clases laboriosas, mediante cortos y periódicos ingresos que con el interés proporcionado contribuirán a propagar el espíritu de la economía, y con él la inclinación al trabajo». En 1880, uno de los tantos intentos de retomar la institución, se establece en sus estatutos que permita «aliviar el infortunio del necesitado, atacar la usura por considerarla un grave mal social y facilitar los medios para hacer ahorros que contribuyan al mejoramiento de las costumbres y al estímulo del hábito de la previsión». A mediados del siglo XIX se contempla un sistema de funcionamiento de préstamos de 2 a 75 pesetas, que podrían llegar hasta 1.000 pesetas en el caso de óptimo funcionamiento de la institución, para objetos empeñados: alhajas, ropas nuevas o similares. Las cantidades entregadas no pasarían de dos tercios de la tasación de las alhajas y de la mitad de las ropas y demás efectos, con plazos de empeño renovables y un interés anual del 10% según los casos (algo elevado para la época). En caso de venta, el empeñante se quedaría con la diferencia conseguida.