Una ciudad en busca de futuro
|||| Durante casi un siglo (el XIX) la Sociedad Económica de Amigos del País de León intentó una y otra vez constituir en la ciudad un monte de piedad, pero con la idea siempre de su vinculación con la caja de ahorros, que sería la encargada de sustentarlo. A finales del siglo XIX, cuando finalmente toma forma la constitución definitiva de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León, que se crearía oficialmente en 1900, aquella vieja ciudad se debatía en un ambiente de necesidad de mejora. Las sociedades nacidas del espíritu ilustrado habian luchado por mejorar el entorno cultural y desde luego la educación, de forma que «al incremento de los establecimientos de enseñanza se unían los ciclos de conferencias, los conciertos o las representaciones teatrales», según refleja Rosa María González en su libro La Real Sociedad Económica de Amigos del País de León . «En este mundillo, en buena parte elitista, gozaban de gran prestigio las tertulias». Las más conocidas eran las del comercio de Lucio Sarabia y la de la farmacia de Dámaso Merino, así como la organizada en la casa de Joaquín Rodríguez del Valle. La ciudad tenía entonces tres aspiraciones: la plaza de abastos, el fin de las obras de la traída de aguas y una caja de ahorros. Y conectar la industria con los certámenes internacionales.