Diario de León

El álbum de Le Mans... Audi versus Peugeot

Se abrieron los cielos sobre La Sarthe. Tres cuartos de siglo en la historia de la carrera de resistencia más famosa del mundo. Las 24 Horas de Le Mans hicieron, un año más, honor a su fama: hasta el final, nada está decidido... por mucho que l

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JAVIER FERNÁNDEZ ZARDÓN texto y fotos
León

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Audi se convierte en la marca a batir de la última década, equiparándose en victorias a las míticas marcas de Ferrari y Jaguar de los cincuenta/sesenta. Catorce años después Peugeot volvió al asfalto de La Sarthe para firmar, tras el mágico triplete de 1993, un segundo puesto que puede saberle a poco al constructor galo... aunque también presagie futuras «campañas». En la era de los diesel, tanto Audi como Peugeot participaron el Le Mans con este tipo de mecánicas, se impone la «cordura» en un tipo de biplaza sport tan silencioso como efectivo. También tan «limpio» por la adopción, como en los coches de calle, del filtro de partículas que se ha convertido en abanderado de unas políticas constructivas que priman la menor cantidad posible de emisiones contaminantes. Después, más de 5.000 kilómetros a pleno rendimiento -o casi- sin penalizar consumos y con el fantasma del calentamiento de los rodamientos traseros que, al final, a escasamente hora y media para la ajedrezada, acabaría por dar al traste con las esperanzas del Peugeot nº 7, el coche pilotado por Marc Gené, Jacques Villeneuve y Minassian que se había mostrado extremadamente rápido (rodaría en posiciones de podio la mayor parte de la carrera), tanto que todo aconsejaba bajar el ritmo porque, ya se sabe, los fantasmas de La Sarthe están siempre al acecho. Las 24 Horas siempre imponen su ley... también este año. Y no sólo las circunstancias puramente deportivas, también una cambiante climatología que este año acabó por convertir el asfalto en auténtica piscina y de ahí, a pista jabonosa . Primus Inter Pares , los primeros en probarla -la pista jabonosa- fueron los fogosos jovencitos de los Audi R10 TDI nº2 y 3, que acabaron «percutados» cuando (el 3) rodaban hacia una incontestable victoria que, al cabo «del día» (por número de horas) conseguiría llevársela, precisamente, el «cuatro aros» nº1 pilotado por Biela, Pirro y Wermer, por delante del Peugeot 908 HDi a cuyo volante se alternaban Pedro Maly, Sarrazin y Bourdais. Mientras el honor entre los «de gasolina» lo salvaban los Pescarolo-Judd, clasificados en tercer y cuarto lugar. Pero estos, con ser significativos, son sólo los fríos datos de la estadística. Lo que de verdad cuenta es que, 75 años después, Le Mans sigue siendo -y por muchos años- la carrera de la noche interminable, los ojos enrojecidos, los mecánicos a punto de descabezar un sueño... y la lluvia. Así hora tras hora... hasta cumplir unas inevitables 24 mágicas emociones.

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