Renault Twingo, menos estética y más practicidad

Concepto urbano desde 1993 y manteniendo una cierta inspiración monovolumen en su generación 2007, el nuevo Twingo no pone tanto el punto de inflexión en su «ruptura estética», como sí lo hiciera su antecesor, cuanto en un equilibrado comportamiento dinámico y en la adopción de evolucionadas tecnologías. Si hace catorce años el Twingo inauguraba una suerte de concepto monovolumen en el segmento de los utilitarios, la filosofía se mantiene hoy, sólo que aderezada con una homogeneidad tecnológica que nada tiene que ver con la de un antecesor que, dicho sea de paso, no se caracterizaba precisamente por un depurado comportamiento dinámico. Con el marchamo de convertirse en uno de los modelos más longevos en los catálogos del rombo, en una época en la que pasar de los seis años de vida comercial es todo un mundo, el Twingo llega ahora -lo hará en septiembre- con un diseño bastante más normal -se diría normalizado - que un antecesor cuyo comportamiento dinámico no podía calificarse precisamente como depurado. Es precisamente ahí, en las condiciones dinámicas, donde Renault pone el punto de inflexión: coche pequeño con aplicaciones de modelo grande. Eso, por no hablar de una calidad visual, y de materiales, que en nada recuerdan al pionero. Dejando a un lado consideraciones de índole comercial -el anterior Twingo no ha sido un superventas - lo que llegará a los escaparates de los concesionarios... es «otra» cosa. El habitáculo de la nueva generación del Twingo resulta sorprendentemente amplio para los 3,6 metros exteriores y también inusualmente bien dotado para este tipo de realizaciones en las que, se supone, priman conceptos crematísticos sobre cualesquiera otras «superfluas» consideraciones. También la racionalización estética (parece ser que había otro proyecto mucho más drástico) ha primado en unas pinceladas exteriores que hoy muestran bien a las claras un diseño bicuerpo perfectamente marcado por la línea -e inclinación- del parabrisas y de unas puertas, ahí sí que puede hablarse de continuidad con el pionero, tan generosas como prácticas a la hora de acceder al interior del coche. Con la guinda, eso también, de unos marcados aletines en los pasos de rueda que confieren un evidente aspecto actual, y deportivo, a la nueva generación, a la vez que se conservan y hasta se acentúan -siempre la practicidad- soluciones como la banqueta trasera desplazable longitudinalmente (22 centímetros), lo que nos permitirá elegir una mayor o menor capacidad del maletero (de 165 a 951 litros) y, desde luego, un mayor o menor acomodo para los ocupantes de las plazas posteriores. Ablando de la capacidad de carga, la posibilidad de abatir el respaldo del asiento delantero derecho, además de los traseros, permite alojar objetos de hasta 2,5 metros de longitud en el interior del Twingo. Según versiones, puede disponerse de hasta once compartimentos interiores para alojar objetos. En el capítulo ergonómico, la postura de conducción ha ganado muchos enteros merced, entre otras cosas, a la posibilidad de regulación en altura de la columna de dirección y a unos asientos más de Clio que de puro Twingo; es decir, no tan «utilitarios» como podría parecer. En el capítulo motorístico, el Twingo estrena mecánica diesel (1.5 dCi de 65 CV), mientras en el apartado de gasolina también adopta un novedoso 1.2i TCE (turboalimentado) de 100 CV, que comparte cartel con otras dos versiones de la misma cilindrada, una de 60 CV (8 válvulas) y otra de 75 CV (16 válvulas), unidas a cajas manuales de 5 marchas y un cambio robotizado (también de 5 marchas) para la versión de 75 CV. La gama del nuevo Twingo se estructura en torno a cinco acabados: Access, Authentique, Dynamique, GT y GT iMusic. Se fabrica en la factoría eslovena de Novo Mesto y las previsiones apuntan hacia la venta de 10.000 unidades en el mercado español. Según versiones, el equipamiento ofrece airbag de laterales y de cabeza, el ABS y hasta los sensores de aparcamiento -y eso que hablamos de un utilitario-, aunque habrá que esperar algún tiempo después del lanzamiento para disponer, opcionalmente, del control de estabilidad ESP.