Esperando a Carlo... Turín era una fiesta

|||| El apellido Abarth trufará, dentro de un año, la versión más drástica de la piccola 500: 135 CV, con turbo y doble intercooler, el doble de la potencia de la versión de acceso a la gama. Incluso ya hay quien habla de una versión de 150 CV, con lo que el 500 pasaría de «simple utilitario» a todo un GTI de carreras ... como tantas veces en la historia de la sugestiva piccola . En 1949 arrancaría la historia del preparador austriaco Carlo Abarth, aunque tendrían que pasar casi diez años (1958) hasta que Carlo firmase la primera transformación sobre un Fiat 500: de los escasos 13 CV -perdón... «12+1»- de la versión de serie a los 26 caballos que entregaba la propuesta de Abarth que, además, se aderezaba con algunos aditamentos nada convencionales en la época: un par de faros de larga distancia en el morro, aletines delanteros mínimamente ensanchados, un par de pegatinas alusivas a la firma del preparador... y poco más. Con el paso de los años, las transformaciones de Abarth tomarían carta de naturaleza en los catálogos del 500, cuando Fiat decidió premiar económicamente a Carlo según el número de victorias conseguidas: 10 récords mundiales, 133 internacionales y 10.000 victorias en competición... toda una contundente carta de presentación para una firma que ha acabado por convertirse en todo un icono. Ahora, cuando Fiat ha vuelto a recuperar la firma Abarth, el fabricante cuenta ya con una versión deportiva en la práctica totalidad de sus gamas, y también la tendrá el nuevo 500, cuya fecha de lanzamiento se prevé para septiembre de 2008. Aunque, de momento, el aspecto estético del 500 Abarth es una incógnita que entra en el campo de la pura especulación, es lógico pensar que esa potenciada versión tendrá un estilismo tan agresivo como su mecánica; se barajan unas generosas tomas de aire en el frontal, posiblemente llantas de 16 pulgadas y, sin duda, los imprescindibles «logos» con referencia al preparador del escorpión. ¡La cosa promete!. |||| Con la ciudad en pie de Cinquecento, la presentación internacional del Fiat 500 convocó en Turín a una ingente cantidad de periodistas de todo el mundo, también de agentes y concesionarios de la marca, salpimentado todo ello con una fiesta a orillas del río Po y de una multitudinaria concentración del «Fiat 500 Club Italia», cuyos integrantes sacaron a la calle lo más granado de la producción del Cinquecento desde hace 50 años. Cuando aquel pionero 500 se encargó de recoger el testigo del «Topolino»; otro mágico, firmado por Dante Giacosa, en la producción de Fiat.