La vida en el interior del Cirque du Soleil
Las bambalinas del circo más famoso del mundo descubren una organización, que con el paso de los días, los meses y los años ha dado lugar a una gran familia que trabaja duro para hacer realidad los sueños de millones de personas
«Alegría» viaja con 22 máscaras, 100 pelucas y 200 trajes
Todo éxito requiere de un gran esfuerzo. El Cirque du Soleil es un ejemplo de que para llegar lejos es necesario una red muy fuerte de organización y comunicación, que el propio circo establece entre sus más de 3.000 trabajadores. Aunque durante dos horas de espectáculos todo son risas y alegría, entre bambalinas existe un mundo de minuciosidad y orden, que nada tiene que ver con el prototipo de vida circense. Quizá, haya sido esta comunicación la que ha hecho que entre los integrantes de los espectáculos en gira exista un vínculo prácticamente familiar. En el Cirque du Soleil todos son importantes, desde el cocinero, hasta el más alto directivo, pasando por los acróbatas y administrativos. Un valor que ha hecho que en su sede principal en Montreal, todos los departamentos tengan una vista común a la sala de entrenamientos, reflejando la importancia del trabajo en equipo. Y por ello, su creador Guy Laliberté decidió repartir los beneficios anuales entre todos sus trabajadores. Y es que el Cirque du Soleil no se ha dejado cegar por el éxito, y nunca olvidará sus orígenes -un grupo de jóvenes artistas callejeros que por aquel entonces formaban el Club des Talons Hauts-, así ha creado una escuela de artes circenses para aquellos jóvenes que como ellos tenían la ilusión de alegrar a la gente.