120 hombres por 100 mujeres

Los nuevos eslóganes aprobados por el Gobierno chino abordan otro problema: el del desequilibrio entre géneros. Las autoridades proclaman ahora que Tanto los niños como las niñas «son el corazón de sus padres» como solución a una situación que ellos mismos han creado. Porque la única excepción a la norma del hijo único -además de la que beneficiaba a las parejas de etnias minoritarias- se daba en el entorno rural, siempre y cuando el primer vástago de una familia fuera una niña. Entonces, y sólo entonces, se les permitía tener un segundo hijo. Porque los campesinos -el 80% de la población china vive en regiones rurales-creen que únicamente los varones pueden sacar adelante una familia y que tener una hija es una «inversión perdida» porque, en el momento de casarse, pasará a casa del marido y de los suegros y ya de nada servirá en la de los padres. Las consecuencias ya están ahí: en el año 2006 los nacimientos fueron de casi 120 varones por cada 100 mujeres. Y de acuerdo con las estadísticas oficiales, el 97,5% de los bebés abortados fueron niñas. Se estima, en cifras generales, que 17 millones de niñas están faltando de la población china y que ya ha comenzado el tráfico de mujeres, porque hay lugares en el que hay seis hombres por cada hembra. Y de las consecuencias, a las peores previsiones. Un informe sobre el desarrollo de la población publicado en enero por la Comisión Nacional de Planificación Familiar advertía de que, en un plazo de sólo 13 años, treinta millones de chinos de entre 20 y 45 años no encontrarán pareja. Porque estarán solos. No habrá mujeres.