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Los polémicos lujos de los Sarkozy

Francia ha montado en cólera por el veraneo de su presidente. Los Sarkozy pagan 30.000 dólares a la semana en la exclusiva localidad de Wolfeboro que tiene 18 habitaciones, una sala para videojuegos y un «spa» para diez personas

Publicado por
TATIANA LÓPEZ | texto
León

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Qu e las vacaciones de los políticos están hechas para hacer correr ríos de tinta no es una novedad en los EE.?UU. El último mandatario en tener que dar cuentas de su veraneo al norte del río Bravo ha sido el presidente francés Nicolas Sarkozy. Con fama de elitista y derrochador, el antiguo ministro del interior, quien ya consiguió enfurecer a su electorado tras partir a Malta pocos días después de ser elegido, encendía en esta ocasión la polémica tras decidir pasar el mes de agosto en la exclusiva localidad de Wolfeboro, ubicada en el estado de New Hampshire (Estados Unidos). Más allá de romper con la tradición no escrita gala, que obliga a que los presidentes de la República se dejen ver en verano por la Costa Azul o algún paisaje parisino, Sarkozy enfurecía a un pueblo poco tolerante con los caprichos del poder y cada vez más cansado de la tendencia americanista de su nuevo líder. «Cada año 900.000 franceses deciden pasar su tiempo de ocio en los EE.?UU. Yo soy sólo uno de ellos», se justificaba en un rueda de prensa. 30.000 dólares a la semana Sus palabras no lograban sin embargo contener las exigencias de quienes requerían saber quién paga las facturas en uno de los destinos más caros del mundo. Conocido como el lugar de veraneo más antiguo del país, Wolfeboro es famoso por albergar a personajes tan distintos como la actriz Drew Barrymore o el político republicano Mitt Romney. Situado a los pies del lago Winnipesaukke, cuya fama sirvió incluso para promocionar un anuncio de American Express, pocos son los afortunados que pueden permitirse disfrutar de las múltiples actividades acuáticas que ofrece el paisaje. Con uno de los mercados inmobiliarios más elevados de la zona, la casa que alberga a la familia Sarkozy cuesta la friolera de 30.000 dólares a la semana, demasiado dinero para un funcionario cuyo sueldo no sobrepasa los 6.000 euros al mes. La propiedad cuenta entre otros lujos con 18 habitaciones, una sala sólo para videojuegos o un spa con capacidad para una decena de invitados. Por si fuera poco, Sarkozy conseguía llamar aún más la atención internacional tras un breve enfrentamiento con dos fotógrafos estadounidenses. Según la versión del Ejecutivo francés la pelea se producía después de que buena parte de la prensa gala hubiera aceptado dejar de atosigar a los políticos, tras una rueda de prensa ofrecida por el presidente. Un compromiso que era roto apenas unas horas después por los periodistas de la agencia Associated Press, Jim Cole y Vincent Dewitt. Aunque los profesionales contaban con la autorización de las autoridades locales, su presencia logró crispar los nervios de Sarkozy, quien tras tratar de entrar en el bote intruso se dedicó a insultar en francés a los dos hombres. Su reacción, si bien justificada por su mujer, Cecilia, como un ataque de ira, podría sin embargo estar relacionado con la presencia en su barco de la ministra de Justicia francesa, Rachida Dti, amiga personal de Sarkozy y a quien los medios situaban en el litoral europeo.

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