Operación biquini para rezagados

D esengañémonos. Las dietas de dos meses que hacen perder tres kilos de cara al verano sólo sirven para entrar en un vestido de fiesta para ir a una boda. Pasado el baile, todo vuelve a su volumen normal. Esa dura operación biquini que comenzamos en abril se queda en poca cosa, precisamente, cuando aún quedan unos meses de lucir moreno. Más que obsesionarse por prepararse para el verano, varios endocrinos aconsejan aprovechar los meses de más calor y más relajación para adoptar hábitos saludables de vida para lo que ofrecen unas pautas. No marcarse objetivos estrictos. Según la endocrina Teresa Martínez, poner una cifra, como por ejemplo perder dos kilos en verano, tiene muchas veces el efecto contrario al buscado. «Frustra y hace tirar la toalla», explica. Por ello, consideran más realista proponerse simplemente mantener el peso. «Hay que partir de que en contra de lo que mucha gente cree en verano, en lugar de adelgazar lo que normalmente sucede es que se cogen unos kilitos», advierte Diego Bellido, endocrino del hospital Arquitecto Marcide de Ferrol y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad. La tranquilidad y los encuentros sociales en los que se consume más alcohol que el resto del año son parte de los responsables de que estos kilos se adhieran al cuerpo sin apenas enterarnos. Aprovechar la variedad de frutas del verano. Los estudios científicos dicen que en España se consume mucha menos fruta de lo que realmente exige una dieta sana y el verano es buen momento para romper con el mito. Sustituir dulces por frutas o elaborados a base de estas puede ser el principio para que en el resto del año se adopte el hábito sano de incluir unas piezas como tentempié diario. Controlar el consumo de alcohol. «Calorías vacías es lo que aportan», en palabras de Diego Bellido, las bebidas alcohólicas. Son azúcares sin aporte nutricional al organismo, con lo que limitarlo es útil para no coger kilos durante el verano. Respetar las cinco comidas, pero sin obsesionarse. «No hay que hacer un drama por haber salido a comer y cenar un fin de semana y pasarse. Lo que hay que hacer es seguir una dieta razonable el resto de la semana», razona Teresa Martínez. No perder la paciencia y hacer algo de deporte. Sólo pasear ya es un buen hábito. Y si se empieza en vacaciones, puede enganchar y convertirse en un buen recuerdo del veraneo.