Diario de León

El BAR SEVILLA CUMPLE 75 AÑOS EN LA CALLE LA RÚA

Calamares para peregrinos hambrientos

Publicado por
MARCELINO CUEVAS | texto
León

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|||| Posiblemente el Bar Sevilla, situado en plena senda santiaguista, en la muy antigua y sinuosa calle de la Rúa, esté a punto de cumplir los setenta y cinco años. Hace ahora medio siglo era famoso por tres cosas que le diferenciaban de otros bares y cafeterías de la ciudad leonesa, la primera y más importante, porque el aroma de sus calamares fritos llegaba hasta la mismísima esquina de la calle Ancha, estimulando los ácidos gástricos de los paseantes, que, cuando buenamente podían, los disfrutaban en forma de monumentales bocadillos. La segunda era su cerveza negra de barril, única en la ciudad y de la que se decía que llegaba directamente de la capital de España. La tercera, y para los aficionados al fútbol la más importante, sus marcadores deportivos de los domingos. Tres enormes paneles que ocupaban toda la pared del fondo y en los que cada tarde dominguera, cuando apenas eran las ocho y media o las nueve, aparecían reseñados los resultados de todos y cada uno de los partidos que se disputaban en primera, segunda y en el grupo decimotercero de la tercera, en el que, durante muchos años, militó con más pena que gloria, la Cultural Leonesa. La estrecha calle se llenaba de un deportivo público que bien hubiera querido comerse un bocadillo de calamares o tomarse una cerveza, pero que se conformaba, el presupuesto no alcanzaba para más, con disfrutar de la contemplación, a través de la gran cristalera, de las glorias o desdichas de sus equipos preferidos. Y no les digo nada el año en el que la Cultural ascendió a primera división, que aquello era un tumulto. Y se preguntarán ustedes ¿pero por qué no se enteraban de los resultados a través de la radio o la televisión? Pues, simplemente amigos, porque la una no existía y la otra aún no estaba al alcance de todos y, desde luego, no se habían inventado los transistores. De alguna forma habría que premiar a aquel equipo de camareros-periodistas que tan bien informado tenían al público de León. Cambios de propietarios El Bar Sevilla, aunque a lo largo del tiempo ha pasado por diversas vicisitudes y ha cambiado en algunas ocasiones de propietario, nunca ha perdido su sabor ni su estructura, su mostrador de media luna con su panza mirando a los peregrinos que llegan a la ciudad, tiene tantos años que bien pudiera ser considerada patrimonio municipal. Lo que si ha cambiado radicalmente es su decoración, antiguamente era aséptica, sin ningún adorno, bastaba para darle personalidad aquella genial batería de marcadores. Con el paso del tiempo ha ido cambiando y ahora se ha convertido en un reducto netamente andaluz, con mosaicos e imágenes que trasladan al cliente a la tierra de María Santísima. Un hostelero joven y dinámico, Pedro García, es el encargado de mantener vivo el fuego hostelero de la casa, acompañado del eficaz Luis Carlos Delgado, un clásico entre los barman leoneses. ¿Cuál es su oferta actual?, pues bien, siguen con los calamares como enseña, pero hay muchas otras cosas para satisfacer de una manera sencilla al gourmet más exigente. Por ejemplo se ofrecen sensacionales raciones de chipirones plancha, chopitos, pulpo a la gallega, gambas a la plancha, gambón a la plancha, morcilla y picadillo de León, puerros sobre cecina, callos¿ y destacan en la larga carta, sus increíbles pescaditos fritos al mejor estilo andaluz, con una mezcla de chopitos, chanquetes, pijotas y boquerones. Otra especialidad de la casa son las croquetas, elaboradas con queso azul o jamón, al gusto del cliente. Y, también, dos conservas muy especiales, las anchoas del Cantábrico y la ventresca de bonito, que se sirven acompañadas de los incomparables pimientos del Bierzo. Tienen hasta siete platos combinados en los que se combinan la ternera, la merluza, las tortillas, el lomo de cerdo, las patatas fritas, las rabas, las ensaladas¿ hasta conseguir que siempre haya uno al gusto del cliente. Su precio 7 euros, que en este momento es más que bueno. Y para que nada falte y cumplir con la tradición del local, hay una docena de bocadillos, entre los que destacan el de anchoas y pimiento, bonito y mayonesa, lomo y queso¿ y, claro está, el de calamares, los más caros 4,50, los más baratos 3,30. El Bar Sevilla, es el sitio ideal para ir en pandilla a disfrutar de unas estupendas raciones, o, simplemente, a tomarse unos vinos o unas cañas, acompañados de estupendas tapas, que de esto no hemos hablado, pero también las tienen.

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