Preparador de culto

Confortables en utilización diaria y con evidentes dotes deportivas, las preparaciones firmadas por AMG sobre modelos de Mercedes nacieron en 1993, cuando las realizaciones firmadas por la «oficina de ingeniería para diseño y pruebas de motores de carreras» tomaron carta de naturaleza en modelos de la estrella plateada... por mucho que a las primeras no se les «permitiese» lucir el emblema. En aquel tercer año de la década de los noventa se registraría AMG como marca y el primer fruto de la unión con Mercedes sería el C36 AMG, realizado sobre la primera generación de la Clase C, sustituto del modelo 190. Aquel C36, con motor de 6 cilindros en línea y 3,6 litros de cilindrada, rendía 280 CV y montaba un cambio automático de 4 marchas. Su relación peso/potencia de 5,3 kilos por caballo, propiciaba unas prestaciones de ensueño: 6,9 segundos en aceleración de cero a cien y 250 por hora de punta. Todo un «coche de carreras», vestido de calle , ya para su época.