«Actualmente nadie puede decir que con 65 años ya eres viejo» «Mi hija es la que me anima y tiene mucha razón»

León es una provincia con una fuerte presencia de gente de edad madura. El padrón municipal de 2006, último registro hasta la fecha de hoy, sostiene que 122.933 personas mayores de 65 años, un 26,67% sobre el total de los leoneses, viven en la provincia, de las cuales un 57,4% son mujeres. En pleno auge de solicitudes - prácticamente todas las actividades tienen su fecha de inscripción entre este mes de septiembre y mediados de octubre- las asociaciones implicadas hacen balance de los resultados de la temporada pasada y las cifras no pueden ser mejores. La demanda supera ampliamente la oferta, los clientes parecen mostrarse encantados y las plazas aumentan cada año. «Sólo en viajes, el Club de los 60 otorgó la temporada pasada de primavera casi 4.000 plazas», comenta Mari Luz García, responsable del Club de los 60, organismo público dependiente de la Junta en León. «No obstante, nos da rabia que mucha gente se quede fuera, es que es imposible abarcar toda la demanda», se lamenta su compañera Rosa Alonso. Y es que esta asociación recibió en primavera más de 17.000 solicitudes de «aventureros». «Los viajes funcionan muy bien porque está organizado hasta el último detalle, que es lo que quieren estas personas», dice Alonso para añadir a continuación: «No nos podemos quejar, con tener menor densidad de población que Valladolid y Salamanca, ya estamos equiparados en número de plazas», explica. El deporte. La recomendación médica por excelencia para todas las edades es quizás, «llevada por el libro» especialmente por los que tienen una edad más avanzada. Pilates León, gimnasio consolidado en la capital leonesa, ofrece desde hace ya años clases específicas para gente más madura, e incluso clases particulares. «Vienen encantados y a nosotros nos resulta muy gratificante ver que tienen ganas de hacer cosas», explica Ana Belén López, una de las monitoras del centro. Elena y Luis son dos de sus más antiguos clientes. «Llevo más de dos años viniendo aquí dos veces a la semana», aclara Luis, que entra despacio pero con energía en la sala de ejercicios. Dice que le cuesta, pero al mismo tiempo, se muestra orgulloso de seguir una vida activa. «También salgo a pasear, que quedarse en casa, a veces apetece, pero luego las paredes se te caen encima», añade. «Mi hija, y con razón, me anima mucho, ¡hasta me trae revistas especializadas en deporte para que lea y me informe», dice risueño. Elena asiente en todas sus palabras. «Yo hago muchas actividades para mantenerme en forma», afirma esta ex directora de colegio muy acostumbrada al ejercicio. «Practico natación y pilates, y también golf con un grupo de amigos», enumera sonriente. Acaba de llegar de vacaciones de Palma de Mallorca y tiene un moreno playero típico de «vuelta y vuelta» en la toalla, pero asegura que allí hacía mucho deporte. «Aunque no hay nada como estar en casa», matiza complaciente.