Cerrar

Las bacterias restauran monumentos de manera ecológica

Se trata de la biomineralización, un proceso mediante el cual estos microorganismos son capaces de crear una capa protectora que los protege de la contaminación, la erosión y la humedad

Publicado por
M. M. ALLER | texto
León

Creado:

Actualizado:

Los altos niveles de contaminación atmosférica de nuestras ciudades están dañando cada vez más rápido los monumentos y estatuas calizas, así como las obras de arte. La piedra está cubierta de forma natural por una capa protectora, llamada calcín, que la humedad, el salitre y la contaminación van degenerando con el tiempo. Cuando el sol y el viento hacen que se evapore el agua con partículas contaminantes que ha sido absorbido por la piedra, se forman cristales en su interior, alterando su superficie y provocando el deterioro del calcín. Aunque la proyección de agua o la microlimpieza con chorros de arena son algunas técnicas utilizadas para su restauración, tienen efectos secundarios como la erosión o la disolución de la piedra en las zonas que han sido tratadas. En cuanto al láser, aunque ni disuelve ni abrasa la superficie pétrea, la confiere una tonalidad amarillenta nada atractiva. Además, se trata de una técnica muy costosa que no puede aplicarse sobre grandes superficies ni tampoco sobre determinados tintes porque les da un color negro. Cualquiera de los métodos empleados no asegura la protección del calcín, lo que puede acelerar el proceso degenerativo de la piedra. Faltan especialistas Para dar solución a este problema se está empezando a aplicar un procedimiento consistente en cultivar bacterias no patógenas en una solución acuosa, siendo capaces de crear calcín de carbonato cálcico y sílice. Al morir, porque se les ha retirado el alimento, el calcín que han generado es pulverizado sobre la pieza dañada. El proceso recibe el nombre de biomineralización y, al contrario que las técnicas convencionales, protege y repara estatuas y monumentos de forma limpia y ecológica. La nueva «piel» que los cubre mejora los intercambios con la atmósfera y reduce la penetración de agentes agresivos. Las fases del proceso pueden tardar una semana aproximadamente, tras la cual hay que esperar a que las bacterias hagan su trabajo. Según sus defensores, se trata de una técnica rentable a corto y largo plazo porque requiere menos gasto en personal, estructuras y materiales y, además, no necesita tratamientos posteriores. La biomineralización también permite restaurar estructuras perdidas por la erosión. Para ello se mezcla con polvo de caliza la solución que contiene bacterias, formando una especie de mortero con el que se pueden rehacer grietas y orificios o reparar pequeños fragmentos que se hayan desprendido. A la mezcla se le pueden añadir pigmentos para lograr que la parte tratada tenga el mismo color que el resto. Según se recoge en un artículo de la revista Consumer, la primera vez que se utilizó la biomineralización fue en 1993, en la iglesia de Saint-Médard de Thouars (Poitou-Charentes, Francia) observándose, tras varios años de trabajo, que la piedra mejoró significativamente su impermeabilidad. En la restauración participó la Universidad Pierre y Marie Curie (París), que contó con el apoyo del Instituto Pasteur, que fue el encargado de seleccionar la especie de bacteria a utilizar: Bacillus cereus , conocida por provocar vómitos y diarreas, y cuyos efectos suelen estar relacionados con la ingesta de alimentos. Se trata de una bacteria que se emplea, tanto para producir antibióticos como proteasas. También colaboraron el Laboratorio de Investigación de los Monumentos Históricos del Ministerio de Cultura francés y la Universidad de Nantes, junto a la empresa Calcite Bioconcept , dueña de la patente francesa del sistema, que se encargó de llevarlo a la práctica. Tras comprobar el éxito de la restauración, la técnica se ha aplicado en otros edificios de ese país, como la catedral de Burdeos, el palacio de Châteaudun o edificios del siglo XIX. Por desgracia, y aunque hay cada vez más grupos de investigación que utilizan la biomineralización, especialmente en Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, la falta de formación de especialistas está retrasando la generalización de esta técnica. En España se han llevado a cabo algunas investigaciones por parte de las universidades Alfonso X el Sabio y la de Santiago de Compostela. La UE, por su parte, financia varios estudios como Biobrush (eliminación de los depósitos salinos de los monumentos), Bioreinforce (reforzamiento de las estructuras pétreas), Coalition (conservación de los bienes culturales), o Bacpoles (impactos de los microorganismos en la madera).

Cargando contenidos...