Diario de León

La dura afrenta del Sputnik

La URSS obligó en 1957 a EE.UU. a impulsar su carrera espacial al poner en órbita el primer satélite

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ANDRÉS FRUELA | texto
León

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El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética ponía en órbita el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik, iniciando una carrera con Estados Unidos que extendía los confines de la Guerra Fría hasta el espacio. El Sputnik, una bola metálica de 83 kilos dotada de cuatro antenas y dos transmisores de radio, despegó a las 02:28 horas gracias en un cohete R7, el antepasado del Soyuz, desde la estepa de Kazajistán. El mismo sitio del que partiría el 12 de abril de 1961 el primer hombre que viajó al espacio, el ruso Yuri Gagarin. En plena Guerra Fría, el «bip bip» lanzado a la Tierra desde el espacio por el Sputnik ruso se sintió como una afrenta en Estados Unidos, marcando inicio de una carrera espacial que desembocaría 12 años después en el primer humano en la superficie de la Luna. «Los soviéticos envían un satélite al espacio (...) se han detectado cuatro sobrevuelos de la esfera sobre territorio de Estados Unidos», anunció en la portada, en grandes titulares, el New York Times en su edición del 5 de octubre de 1957, testigo de la conmoción sentida por los estadounidenses ante este inédito acontecimiento. Aunque en público el presidente Dwight Eisenhower minimizó el alcance del Sputnik, que calificó con desdeño de «pequeña pelota en el aire», no lo hizo en una reunión secreta menos de una semana después con los más altos científicos: el mandatario lanzó entonces lo que se convirtió en la «carrera espacial». Pero los rusos siguieron sacándole ventaja a los estadounidenses. Para cuando Estados Unidos logró lanzar su primer satélite, el 31 de enero de 1958, tras varios fracasos, la Unión Soviética ya había puesto en órbita al primer ser vivo: la perra Laika llegó al espacio en noviembre de 1957. Los soviéticos siguieron marcando el ritmo, con el primer objeto terrestre en alunizar (septiembre de 1959) y sobre todo, el primer hombre en órbita, Yuri Gagarin (abril de 1961). Un mes más tarde, el sucesor de Eisenhower, John Fitzgerald Kennedy, reaccionó pronunciando el que fue considerado el discurso fundador de la carrera hacia la Luna. El programa Apolo, que movilizó a varios cientos de miles de estadounidenses, elevó el presupuesto espacial hasta el 1% del PIB a fines de la década de 1960. La recompensa llegó en julio de 1969, cuando Neil Armstrong pisó la Luna y palió la afrenta.

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