Consejos a tener en cuenta

Para recolectar setas es necesario calzado cómodo, navaja curva, cesta de mimbre para permitir que se aireen (evitando que fermenten) y facilitar la caída al exterior de las esporas, y una guía. Conviene recoger sólo las conocidas para evitar incidentes, en la cantidad que se vayan a consumir, y cocinarlas lo antes posible. Recuerde que se deben extraer los ejemplares completamente y tapar el hueco abierto en el suelo para evitar dañar el micelio, imprescindible para que crezcan más hongos. No se debe remover el suelo ya que se altera la capa vegetal superficial. Tampoco hay que coger las setas muy maduras (son indigestas); las muy jóvenes, por su dificultad de identificación o confusión con otras que sean tóxicas; las que tengan mal olor, las de pequeño tamaño con o sin anillo y las de coloraciones fuertes o muy llamativas. También se deben desechar las cercanas a las carreteras porque suelen contener metales pesados tóxicos como mercurio o selenio. En cuanto a las dudosas o tóxicas, además de rechazar su recolección, los micólogos aconsejan que no se destrocen ni pisen ya que son seres vivos que también desempeñan su función en el medio natural. Y una vez en casa, deguste su sabor a la brasa, con aceite y sal, o también a la plancha con jamón, ajo y limón. Los boletos se utilizan para elaborar revueltos, empanadas de carne, pescado o marisco. Los champiñones se consumen frescos y con ellos se preparan desde aperitivos o entrantes, hasta exquisitas cremas. Sirven, además, como guarnición, para rellenar pimientos, en gratinados, carpaccio o brochetas. El níscalo está exquisito a la parrilla, al ajillo, para guarnición, con pasta, en guisos o como ingrediente de tortillas, revueltos y pizzas.