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EL TEMPORAL

Un puente festivo que derrumba puentes

Publicado por
ALBERTO SANTACRUZ | texto
León

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|||| El puente festivo de la Hispanidad ha traído el desplome del puente de la localidad alicantina de Beniarbeig. Las idílicas postales turísticas de Calpe hoy aparecen ensuciadas por toneladas de barro. Un pueblo llamado El Vergel se aleja mucho del símil de su nombre. Y todo ello por las lluvias. Con precipitaciones superiores a los 400 litros por metro cuadrado en algunos pueblos del norte de la provincia de Alicante, la normalidad o hasta lo idílico se ha convertido en fango, pérdidas económicas cuantiosas y escenas de rabia y lágrimas. En El Vergel, un pequeño pueblo de 4.000 habitantes, sus vecinos sacan barro de sus casas, apilan sus enseres manchados en las puertas y miran al cielo. Aunque el Instituto de Meteorología ha anunciado que el episodio de lluvias ha finalizado «de momento», pues se esperan nuevas precipitaciones a partir del próximo lunes, los habitantes de El Vergel tienen miedo. Las calles próximas al cauce del río Girona, que ayer se desbordó, hoy son tristes exposiciones de muebles, libros y electrodomésticos. Lavadoras, microondas, sofás, sillas y jarrones de mesa de salón forman parte de una desoladora imagen urbana. En la calle Almazara, el inmueble número 15 ya no existe. Sobre la medianera del edificio anexo han quedado dos pilares y parte de un salón, cuyo sofá, inexplicablemente intacto, puede verse desde la calle. Junto a éste, un espejo de pared refleja el agua que transcurre por el cauce del Girona. «Todo, el agua se lo ha llevado todo. ¿Qué tengo ahora?», se preguntó María Luisa, una vecina de la calle Divina Aurora, cuyo inmueble ha quedado anegado. Sus vecinos, cuyas casas presentan consecuencias similares, sacan barro sin cesar. Con los pantalones subidos, los zapatos de un color aún por definir y la camiseta alejada del blanco.

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