LA SEMANA ECONÓMICA
Alerta por el petróleo
|||| El petróleo se resiste a dejar el primer plano de la escena económica mundial y, cuando parece que lo peor de la crisis crediticia causada por las hipotecas en EE.UU. ha pasado, el alza de precios del crudo nos recuerda que la economía mundial no ha de bajar la guardia ante los continuos riesgos que la acechan. Como si de una película de terror se tratara la semana no ha dejado de dar sustos y los mercados han vivido de sobresalto en sobresalto los últimos días. El barril de petróleo brent, el de referencia en Europa, se ha encarecido esta semana en 1,10 dólares, y ayer cerró a 93,18 dólares, después de bajar algo en las últimas sesiones. Sin embargo, durante la semana ha alcanzado varios máximos. El miércoles fue el peor día y el barril llegó a pagarse a 95,19 dólares en el mercado de futuros de Londres, muy cerca ya de los 100 dólares que hace solo unos meses parecían imposibles de alcanzar. La variedad Texas ha tenido una evolución más moderada y subió 39 centavos, si bien su precio es mayor que el del Brent: 96,32 dólares. Este encarecimiento no es gratuito, tiene consecuencias. Sus efectos, a veces más rápidos de lo que en principio cabría esperar, se trasladan con celeridad a los precios, los transportes, las cuentas de resultados de las empresas, las bolsas y, a más largo plazo, al crecimiento y al empleo. El único colchón que de momento amortigua el golpe que casi a diario asesta el crudo sobre las economías europeas es la fortaleza del euro, que esta semana ha vuelto a marcar un nuevo récord, 1,4753 dólares por unidad. Dado que la factura de petróleo se paga en dólares y comprar dólares es más barato, Europa no está sintiendo en sus carnes de momento toda la dureza del encarecimiento del crudo, aunque la depreciación del dólar, no hay que olvidarlo, hace daño a las exportaciones europeas.