Citroën C5, giro copernicano
Abandona la arquitectura alta en favor de un diseño más estético y perfilado. La segunda generación del C5 se declina en un auténtico tres volúmenes, que comenzará a venderse en enero con siete motorizaciones, tres gasolina y cuatro gasóleos
Estética más cuidada y filosofía coupé. Citroën abandona el portón trasero para proponer un auténtico tres cuerpos -maletero separado- en la segunda generación del C5, que llegará a principios del próximo año 2008, con una estética mucho más estilizada -estilo coupé- y una evidente ganancia en sus cotas: 4 centímetros en longitud (4,78 metros totales) y 6,5 en la batalla (2,82 metros entre ejes), con una altura que se cifra en 1,45 metros. Lo que, como fácilmente puede suponerse, trae también aparejado un aumento de romana (entre 100 y 150 kilos) por mucho que Citroën haya echado mano del aluminio en algunos elementos (subchasis delantero y capó) para realizar un coche totalmente nuevo. Con un frontal presidido por una parrilla de generosas dimensiones y unos enormes faros, amén del chevron enseñoreándose de un morro que rinde culto a los trazos vistos en el prototipo «AirScape», el nuevo C5 se convierte en toda una apuesta del fabricante por posicionarse entre los premium del segmento medio-alto (más de lo segundo que de lo primero). Incluso podría decirse que Citroën ha germanizado una zaga que resulta ahora sensiblemente más atractiva que la del modelo actual. Eso, por no halar de unas llantas cuyo diseño pone la guinda a las bondades estéticas de un conjunto mucho más proporcionado, también más bajo, lo que sin duda contribuye al «primer golpe de vista» lo que, dígase lo que se quiera, siempre es algo a tener muy en cuenta a la hora de calibrar visualmente cualquier coche. Las cotas del habitáculo, inherentes al segmento de militancia, resultan tan generosas como cabe suponer: mucho espacio para las piernas de los ocupantes de las plazas delanteras y un cierto recorte de altura para las plazas traseras debido, como el lector ya habrá supuesto, a la puesta en práctica de la filosofía coupé que trae aparejada la -muy en boga- línea descendente del techo hacia la parte trasera de la carrocería. También existirá la posibilidad de elegir entre dos tipos de asientos delanteros: unos en los que prima el confort y otros tipo baquet más anatómicos y con marcadas formas de sujeción lateral. También se ha adoptado el volante con núcleo central fijo, que viene siendo «inexcusable» desde que Citroën lo lanzó en el C4. La ausencia de portón trasero y la consecuente conversión del nuevo C5 en un verdadero tres volúmenes, no incide especialmente en la practicidad de un modelo cuyo maletero tiene 439 litros de capacidad (467 si se prescinde de la rueda de repuesto en favor del kit antipinchazos) con una plataforma de carga muy diáfana y aprovechable. Los trenes de rodaje, un capítulo siempre especialmente cuidado por Citroën, se inspiran en los del superior C6; es decir, que se recurre a la suspensión Hidractiva 3, con dos modos de funcionamiento (confort y sport) y altura constante. También se ofrece una segunda posibilidad de suspensión que el fabricante denomina «metálica» (muelles convencionales), con el tren delantero de doble triángulo y el trasero multibrazo. Siete motores Tres motores de gasolina y cuatro diesel conformarán la gama inicial del C5, unas mecánica tan conocidas como suficientemente probadas y reputadas. Los tetracilíndricos de gasolina, todos ellos multiválvulas, se declinan en el 1.8i (126 CV), el 2.0i (143 CV) y el V6 de 3.0i que entrega 215 CV. Como viene siendo habitual en las realizaciones del chevron , los gasóleos (turbodiesel con filtro de partículas FAP) serán las estrellas de la nueva gama C5: 1.6 HDi (110 CV); 2.0 HDi (136 CV); 2.2 HDi (173 CV) y el V6 HDi 3.0 litros de 208 CV. Las cajas de cambio serán manuales o automáticas. Las ayudas electrónicas, «inexcusables» en el segmento de militancia, estarán también muy presentes en el nuevo C5: regulador y limitador voluntario de velocidad, freno de estacionamiento eléctrico y automático en las versiones con suspensión Hidractiva 3, que se complemente con el sistema de ayuda al arranque en pendiente, un dispositivo que retiene el vehículo durante un par de segundos tras soltar el pedal del freno; control de estabilidad ESP, ayuda al estacionamiento delantero y trasero, además de un medidor lateral del espacio, que informa al conductor si un hueco es o no suficiente para colocar el vehículo (no se tienen en cuenta los espacios de menos de 3 metros y los de más de 8); alerta de cambio involuntario de carril y hasta 9 airbag, incluido el de rodillas para el conductor. En el capítulo de iluminación, el nuevo C5 incorpora faros bi-xenón autodireccionales, además del sistema AFS dinámico, un innovador ingenio de alumbrado que optimiza la visibilidad en curvas y en intersecciones. Con la segunda generación del C5, Citroën espera recuperar cuotas de mercado en el segmento medio-alto, plantando incluso cara a modelos premium . Las previsiones del fabricante, en año completo, apuntan hacia la comercialización de 150.000 unidades. Además, el nuevo C5 se fabricará también en China (en la planta de Wuhan), un mercado en el que Citroën tiene puestas muchas esperanzas y donde el chevron tiene previsto crear, wl peóximo año 2008, un Centro de Estilo. Al parecer, a finales de diciembre podría tomarse la decisión de fabricar en serie el prototipo AirScape, el cabrio que pudo verse en el Salón de Francfort.