Los papas consiguieron el mejor vino del mundo

Ni burdeos ni borgoña. El mejor vino del mundo es francés, pero procede del valle del Ródano y debe su especial carisma a los papas que decidieron alegrar su exilio en Aviñón plantando las primeras cepas allá por la Edad Media. El dictamen de la revista norteamericana Wine Spectator ha alimentado el tradicional chauvinismo de los galos, que en los últimos días han visto cuatro de sus caldos incluidos en la lista de los 10 mejores. La familia Avril lleva produciendo vino en Châteauneuf-du-Pape desde el siglo XVI. Su tinto del 2005 es el que ha conseguido el más alto palmarés, seguido por un Chardonnay de California. El tercer puesto es para uno de sus vecinos, Le Vieux Donjon Châteauneuf-du-Pape, lo que dice mucho de esta denominación de origen que debe parte de su personalidad a unas cepas españolas que regalaron a Urbano V, el sexto de los papas de Aviñón. El clima especialmente protegido, los efectos benéficos del mistral y el suelo erosionado por el río hicieron el resto. Agotada la cosecha A Paul-Vincent Avril no le quedaba ya ni una botella cuando el lunes le comunicaron que su Clos des Papes era el número uno. Vendió las 85.000 de su cosecha de hace dos años a 35 euros cada una y ya tiene reservada la mayoría del 2006, que todavía fermenta en barriles de roble y no será embotellada hasta mayo. Presume de aliar en sus vinos «fineza, elegancia y longevidad», y asegura que no los hace «para los concursos», sino «para acompañar la gastronomía». A la sabiduría que le viene de familia añade un título de enólogo porque «el 95% del vino es producto del trabajo en la viña». Y más en este pueblo del corazón de Provenza. Los 2.100 habitantes de Châteauneuf-du-Pape viven consagrados a su vino desde el siglo XVIII, cuando empezó a adquirir notoriedad tras siglos de discreción. Las 55 fincas productoras venden casi 14 millones de botellas al año de este producto elaborado conforme a unas reglas muy estrictas que se controlan desde finales del siglo XIX. El sindicato de productores implantó su denominación de origen en 1923. Aunque la cepa mayoritaria es la garnacha, el vino sale de una mezcla de vides variadas desde hace siglos. Tiene una fuerte presencia de taninos naturales de la fruta, que aumenta su concentración y densidad. Es un vino poderoso y de acusada personalidad. Así lo han entendido los estadounidenses de Wine Spectator , que probaron 12.000 vinos de todo el mundo antes de llegar a la conclusión de que el Clos des Papes es el mejor. Tienen más de dos millones de lectores en todo el mundo.