Diario de León

COMER CON LOS OJOS

Un dulce italiano para la Navidad leonesa

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León

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|||| La confitería Asturias se puebla estos días de abetos de chocolate, sobre los que ha caído una lluvia de plata. Pirámides que esconden increíbles tesoros de dulce. Troncos navideños de castañas, con el lustre incomparable del oro. Tartas decoradas con brillantes¿ Todo un lujo, ya que el oro y la plata son de verdad y, naturalmente, comestibles. Los diamantes son de dulce, pero nadie los distinguiría de los que se extraen de las entrañas de la tierra. La fantasía llevada al mundo de la dulcería. Pero a César padre los que de verdad le ilusionan sus fantásticos panettones. El panettone es un dulce que nació en Milán en el siglo XV y poco a poco se convirtió en uno de los emblemas de la pastelería italiana y en un elemento indispensable en las mesas trasalpinas en tiempo de Navidad. Su elaboración artesana, con levadura natural (que es su gran secreto) es muy laboriosa y requiere una gran atención por parte del confitero. César García González (confitería Asturias y La Masera) está enamorado de este dulce. «Elaborarlo -dice- es emocionante y me costó mucho llegar a conseguirlo. Primero tuve que importar de Italia la levadura natural, con la que realicé muchas pruebas hasta lograr un resultado perfecto». La primera masa del panettone lleva harina seleccionada, mantequilla, azúcar, vainilla natural (500 euros el kilo), yemas de huevo¿ y la levadura natural. En el segundo empaste hay que añadirle más yemas, más mantequilla y las frutas que se quieran incorporar, aquí le ponen naranja y chocolate. Su elaboración es larga y delicada. «En mi casa -nos explica César- lo amasamos un día por la noche, al día siguiente volvemos a trabajarlo y lo dejamos de nuevo fermentando, y al tercer día se puede cocer. En este tiempo, gracias a la acción de la levadura, la masa ya ha aumentado más del doble y en el proceso de cocción volverá a aumentar otro tanto. Como su interior es muy esponjoso, hay que dejarlo bocabajo hasta que enfríe porque si no se hunde. Es una maravilla ver el resultado final y disfrutar primero de los aromas que emana y, después, de sus sabores. Llevo desde 1969 establecido en León y nunca había disfrutado tanto en el obrador como haciendo el panettone. Han sido años de pruebas, de ensayos, pero ahora lo he conseguido y quiero que todos los leoneses puedan disfrutarlo en las fiestas navideñas».

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