Diario de León

El VW Golf varía... en Variant y recupera la carrocería familiar

Se llama Variant, denominación con la que el Golf recupera la carrocería familiar. Así, el modelo «superventas» de Volkswagen amplía su catálogo hasta cinco posibles carrocerías donde elegir. La gama de este nuevo Variant se declina en cuatro m

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JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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El Golf Variant recupera la carrocería familiar y estrena techo panorámico acristalado, con dos piezas practicables. El Golf Variant se distingue frontalmente por la rejilla cromada, como el Jetta, aunque la mayor diferencia estructural hay que buscarla en una zaga que -sin concesiones estéticas- rinde culto al más puro estilo familiar de siempre aunque, también es verdad, con tintes modernistas. Un generoso portón, con los grupos ópticos muy esquinados y que se «adentran» hacia las aletas traseras, da acceso a un amplio, modulable y bajo plano de carga, lo que facilita las maniobras de carga y descarga y cuya capacidad se cifra en 505 litros, ampliables a 1.495 si se abaten las plazas traseras. Un maletero de piso plano, comunicado con el habitáculo mediante una trampilla tras el reposabrazos central trasero y con una cortinilla enrollable para cubrir la carga, gnachos para colgar bolsas y un doble fondo de 8 centímetros de altura. Un fondo en el que se aloja la rueda de repuesto de tamaño normal. También puede disponerse de una redes de separación y sujeción de la carga y una toma de corriente (12 voltios). Además, esta tercera generación del Variant es la de mayor tamaño: 4,56 metros de longitud, es decir, 16 centímetros más que el modelo que dejó de venderse en 2006; también mide 36 centímetros más que un Golf de cinco puertas y un centímetro más que un Jetta. Por entendernos, que el nuevo Golf Variant mide prácticamente lo que un Skoda Octavia Combi y es casi tan largo como un Passat Variant. Eso sí, la batalla (distancia entre ejes) permanece invariable respecto, de forma que el incremento de longitud hay que achacárselo al -mucho más largo- voladizo zaguero. También el Golf Variant resulta ser un coche con un interior bien terminado y con detalles de calidad, perfectamente capaz y espacioso para cuatro ocupantes -mejor que cinco-, con unas plazas delanteras «panorámicas» y con suficiente espacio en las traseras. Aunque su equipamiento de serie no es de los más abundantes del segmento, las posibilidades opcionales lo convierten en un coche muy equipado aunque, lógicamente, haya que pagar el tal equipamiento. La gama del Golf Variant se declina en dos acabados: Trendline y Advance. Todas las versiones montan de serie 6 airbag, control de estabilidad ESP, fijaciones Isofix para asiento infantil, climatizador bizonal, radio con CD y MP3, ordenador de viaje y barras de techo. Opcionalmente pueden solicitarse los airbag laterales, faros de xenón, encendido automático de luces y sensor de lluvia para los limpiaparabrisas, control de velocidad, navegador, tapicería de cuero y llantas de aleación de 17 pulgadas. Su mayor novedad estético-práctica viene dada por la adopción de un techo panorámico de grandes dimensiones: 1,36 por 0,87 metros, que proporciona gran luminosidad al interior del habitáculo y que está dividido en dos partes, la delantera practicable -inusual en el segmento- y que cuenta también con una cortinilla de accionamiento eléctrico si no se quiere tan luminosidad en días especialmente soleados. Volkswagen confía la motorización del Variant a mecánicas sobradamente conocidas en los catálogos del Golf, con una interesante versión de gasolina inyección directa (nuestra unidad de pruebas) que cubica 1.4 litros y entrega 140 CV que, sin ofrecer una fulgurante respuesta en aceleración, sí que ofrece unas prestaciones acordes con su potencia. El coche se conduce sin complicaciones, es cómodo y permite recorrer muchos kilómetros sin mayores fatigas para conductor y pasajeros. Además, y tal como sucede con sus congéneres Golf y Jetta, el Variant puede adoptar dos tipos de suspensión: normal (Trendline) y deportiva (tarados más duros) para el acabado Advance que, como fácilmente puede suponerse, contiene más firmemente los balanceos de la carrocería sin excesiva penalización para el confort de los ocupantes y, paralelamente, propicia un más depurado comportamiento dinámico del coche.

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