También son escogidos por las aves para la invernada

En el embalse de Santa Teresa, al sur de la provincia salmantina, se contabiliza una media de 4.000 aves, aunque en ocasiones se han llegado a censar más de 9.000. En el pantano del Rosarito, situado en el extremo sur de la provincia de Ávila, la población invernante media supera las 3.500, con un máximo de 13.000. En el embalse de San José, ubicado en la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño (Valladolid), las aves migratorias contabilizadas alcanzan una media de 2.700, con un máximo de 4.000. Destacan las colonias de cría de garza real, martinete y garceta común junto con importante presencia de ánade real, martinete, garza imperial, alcotán, milano real, águila pescadora y aguilucho lagunero. el embalse del Ebro, al norte de Burgos y compartido con Cantabria, se ha censado una media de 2.400 aves y un máximo de 15.300. En cuanto al azud de Riolobos al noroeste de Salamanca, es un embalse de reciente construcción que se ha convertido en uno de los mejores enclaves para observar y estudiar las aves acuáticas de la zona centro-oeste peninsular. Cada año acoge durante estos meses una media de 2.200 aves y un máximo de 5.800. Somormujos, garzas, ánades, fochas, zarapitos, aves rapaces diurnas y nocturnas, forman parte de una riqueza ornitológica con más de 250 especies. En total, y según los datos que maneja la Consejería de Medio Ambiente, durante el mes de enero la media de aves invernantes se acerca supera las 64.000, cifra que puede llegar a 100.000 en momentos de afluencia máxima.