Mercedes SLK, cambios estéticos y mecánicos

A mediados de este año Mercedes revitalizará la gama del SLK. Ligeras modificaciones estéticas, también en el interior, y mecánicas más prestacionales, entre las que se cuenta el V6 (SLK 350) que gana una treintena de caballos. La primera remodelación del SLK, cuya actual generación -la segunda- data de 2004, comporta nada menos que 650 nuevos componentes... por mucho que no se precien a simple vista: un frontal más agresivo, también una zaga ligeramente remodelada y cambios en el interiorismo permiten hablar de un nuevo SLK o, al menos, de una tercera generación del sugestivo biplaza roadster de la estrella plateada. Lo más destacable resulta ser el frontal, en el que se adopta un parachoques de nueva factura y unas entradas de aire, en forma de flecha, mucho más acusadas. También se ha trabajado en la parte trasera del coche, que será más aerodinámica, con objeto de dirigir mejor el flujo de aire mediante un deflector situado en la parte baja de la carrocería. Los retrovisores exteriores adoptan nuevos leds de intermitentes -también en forma de flecha- y se renuevan totalmente as llantas. En el interior se adopta un volante de tres radios y un cuadro de instrumentos totalmente rediseñado, con lo que el coche adquiere un inédito aspecto en su habitáculo. Opcionalmente se ofrecerá una dirección de asistencia y desmultiplicación variables; es decir, más deportiva, para los clientes más racing . La gama de motores se ha revisado al alza y ofrecerá un rendimiento muy superior. Los mayores cambios motorísticos se centran en la versión V6 (SLK 350), que gana 33 CV frente a los 305 CV actuales, con un par de 36,7 metros/kilo, mayor relación de compresión y un régimen más alto de giro (7.200 vueltas). La gracia está en que, pese al significativo incremento de prestaciones, el V6 baja en lago más de un litro su consumo medio (9,5 litros a los cien) y sus emisiones (219 gr/km de CO2). También el motor de cuatro cilindros con compresor (SLK 200) gana potencia: de 169 a 184 CV y eleva su par de 24,5 a 25,5 metros/kilo, mientras desciende un litro su consumo medio (7,7 litros a los cien) y, paralelamente, las emisiones se reducen de 209 a 182 gr/km. De la aceptación mundial del roadster SLK dan una idea el -casi- medio millón de unidades matriculadas en todo el mundo: 310.000 de la primera serie y 185.000 unidades de la actual.