América revive su historia «negra»
Tras la decisión de la ciudad de Nueva York de prohibir la exhibición de símbolos xenófobos, Estados Unidos revisa uno de sus peores fantasmas desde la época de fundación: las tensiones raciales
En los EE.?UU. tan solo uno de cada ocho habitantes se declara abiertamente racista. La estadística, recogida hace menos de un año por la cadena CNN, se contradice sin embargo con el 48% de estadounidenses que reconocen haber sufrido en sus carnes algún acto de xenofobia. Con la barrera de lo políticamente correcto entre ambos porcentajes, lo cierto es que las tensiones raciales siguen siendo una realidad al norte del río Bravo. Así lo constataba hace apenas unos días la ciudad de Nueva York, tras sacar una nueva ley que prohíbe en el municipio la exhibición, reproducción o alusión de una soga, considerada uno de los principales símbolos de amenaza del Ku Klux Klan. La medida, que llega a condenar hasta con cárcel el incumplimiento de la norma, llegaba como respuesta al llamado escándalo de la Universidad de Columbia, donde una profesora afroamericana denunció públicamente haber encontrado varias sogas colgando de la puerta de su domicilio. «No les tengo miedo, no pienso dejar que estos impresentables destruyan una ciudad tan plural como Manhattan», aseguró la propia afectada en una rueda de prensa. El efecto Jena 6 Su caso, publicitado desde el consistorio como una victoria local de la pluralidad, se producía apenas unos meses después de que seis jóvenes de una pequeña localidad sureña entraran para siempre en los anales bautizados como el grupo de los Jena 6. Símbolo de la represión sufrida por la comunidad afroamericana, la historia de estos adolescentes comenzaba en septiembre del 2006, después de que uno de los estudiantes preguntara al director si podía sentarse a la sombra de un árbol centenario. Habitualmente reservado para la población blanca, que representa un 90% del alumnado, aunque el director aceptó la petición del alumno, tres estudiantes caucásicos respondieron a la iniciativa colgando varias sogas de las ramas del arbusto. Sin castigo por su acción, la tensión finalizó en una pelea de patio por la que los seis afroamericanos fueron acusados de intento de homicidio contra uno de sus compañeros. Imitadores De nada sirvió que la víctima, un joven de 16 años y de aspecto atlético, no sufriera heridas graves e incluso acudiera pocas horas después de la pelea a una representación colegial. Tampoco las peticiones de personalidades diversas -David Bowie llegó a donar 10 mil dólares para la defensa de los jóvenes- consiguieron ablandar al fiscal estatal. Aunque en estos momentos tan solo uno de los implicados continúa en prisión, el suceso consiguió extender el llamado efecto Jena por todo el país con decenas de imitadores dispuestos a lucir las sogas, «algo inaudito ya que este tipo de delitos se resumen a un par por año», según confesaba un agente del FBI al periódico USA Today. Más allá de la parafernalia racista, los disturbios de Jena 6 ponían también sobre la mesa una realidad incómoda para el país de las libertades. Con la atención centrada en la pequeña localidad de Luisiana, los medios contaban a los cuatro vientos que el barbero local nunca había afeitado a un negro, que tan solo un afroamericano tenía permitida la entrada a la iglesia evangelista o que Caseptia Balley, madre de uno de los afectados, era incapaz de encontrar un trabajo como cajera de banco a pesar de poseer varios títulos universitarios y cerca de 10 años al servicio de su país. Un microcosmos reflejo de una realidad donde, según diversos estudios, los afroamericanos conforman el mayor grupo afectado por la pobreza, con cerca de un 28% del colectivo por debajo de las necesidades básicas. Distintos estudios A este dato se suman además estudios como el realizado por la Nacional Fair Housing Alliance, en el que tras años de seguimiento se constató cómo los agentes inmobiliarios evitaban enseñar casas a blancos en vecindarios negros (y viceversa). Los blancos poseen al menos el doble de posibilidades de conseguir un empleo que cualquier competidor con la misma preparación de raza negra. Un reguero de malas de noticias especialmente doloroso por producirse cuando se cumple el 50 aniversario de los incidentes del Instituto Little Rock.