Alfa 8C Competizione, el capricho del Biscione
Fabricado en fibra de carbono, con el genoma de Ferrari y Maserati, el 8C Competizione rinde culto a las históricas Berlinettas de Alfa Romeo. Sólo 500 afortunados, una docena en España, disfrutarán de sus vertiginosas sensaciones... a 174.000
El nuevo «clásico» de Arese. Ferrari, Maserati, Fiat, ATR, Dallara, Graziano... lo más granado de la selección motorística italiana, empaquetada en fibra de carbono, se da cita en la Berlinetta 8C Competizione; toda una auténtica pieza de la ingeniería genética transalpina que devuelve el corazón de los alfistas a sus más gloriosas épocas. Propulsión trasera para un V8 capaz de superar las 7.500 vueltas; 4,2 segundos para clavar el crono de cero a cien (22,5 segundos para cubrir el kilómetro); 3,5 kilos por caballo y la posibilidad de rondar los 300 por hora de punta no son mediciones que estén al alcance de cualquier modelo. El 8C Competizione pone el listón tan alto como han conseguido los ingenieros de Arese. Lo que ya se ha calificado como un «proyecto de estado» para la industria automotriz italiana, se declina en una preciosista Berlinetta inspirada en aquellos sugestivos competición-cliente de los cincuenta/sesenta que elevaron el automóvil a la categoría de obra de arte. Digno sucesor, en los albores del XXI, de sus más nobles antecesores fabricados en la época del fundador Nicola Romeo. Aún más, si de rendir cultos se trata, el 8C Competizione recupera la mecánica V8, una arquitectura motorística que Alfa no utilizaba desde el Montreal de 1971. Todavía más, habría que remontarse hasta 1938 para buscar -y encontrar- las fuentes del actual 8C, cuyo ADN muy bien podría encontrarse en aquel otro -genuino- 8C 2.900 B Speciale Le Mans, prototipo carrozado por Touring, que a punto estuvo de ganar aquel año las 24 Horas. ¿Quieren más? Pues aquí tienen... Con el depósito de combustible situado -como en el ancestro- sobre el eje trasero, el motor central por detrás del eje delantero y el cambio «transaxle» por delante del tren trasero, el reparto de pesos es una de las claves de éste drástico Biscione: 49/51 -delantero/trasero- lo que se traduce, según los especialistas, en un equilibrado comportamiento dinámico digno de todo un auténtico pura sangre . Bautizado como el «Ferrari de Alfa», la carrocería del 8C Competizione está íntegramente fabricada en fibra de carbono y unida al chasis mediante un pegamento especial. El fondo plano de la carrocería (excelente aerodinámica Cx 0,36) está realizado en ese mismo material (alta rigidez torsional), que también está presente en la configuración del habitáculo: salpicadero, consola central, paneles de puertas y baquets ... tapizados en cuero para que nada falte. Y la guinda: la caja «Cambio-Corse», utilizada en otras realizaciones del consorcio automovilístico italiano, de 6 marchas con posibilidad de utilización automática o manual-secuencial (levas detrás del volante) cuyos modos pueden combinarse con el programa «Sport»: mayor musicalidad del motor, menor salto entre marchas, respuesta más rápida del acelerador y un control de estabilidad (VDC) menos intrusivo... aunque siempre «alerta» por si las cosas se tornan demasiado deslizantes . Incluso se dispone de una función para firmes deslizantes, es decir, para que en las arrancadas y en los cambios de marchas no se produzcan pérdidas de adherencia. En fin... un auténtico regalo para los sentidos que, incluso antes de su lanzamiento, ya tiene dueños: las 500 unidades iniciales ya están «más» que vendidas -incluida la docena destinada por Alfa al mercado español-. Que no desesperen -del todo- los alfistas impenitentes , el 8C estará en producción hasta finales del presente 2008 y hasta es posible que los 700 peticionarios adicionales puedan ver satisfecha su solicitud. Al menos... habrá una segunda oportunidad.