RECOMENDACIONES
Podemos contribuir a frenar la contaminación acústica
En la actualidad, la mayor parte de los ruidos están producidos por coches, camiones, motos, autobuses, trenes o aviones, calculándose que la contribución del automóvil al ruido urbano alcanza el 75% del total. En apenas una década el ruido se ha incrementado en España pasando del 15 al 26% el porcentaje de la población expuesta a elevados niveles de ruido (por encima de 65 decibelios). Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, la tercera parte de los trabajadores españoles sufren un nivel de decibelios superior al permitido, con riesgo de desarrollar afecciones auditivas y otras alteraciones de la salud. Son muchas las soluciones para combatir la contaminación acústica. Desde limitar el tráfico rodado, sobre todo en el centro de las ciudades, hasta actuar de forma preventiva en el diseño y planificación urbana pasando por campañas de concienciación ciudadana. A nivel individual, también se puede aportar nuestro granito de arena y tener en cuenta el ruido que hacemos para respetar el silencio de los demás. Se recomienda evitar los lugares de ocio ruidosos; bajar el volumen de la televisión, radio o equipo de música; no hablar alto ni gritar; utilizar el claxon solamente cuando sea necesario; procurar que los animales domésticos no molesten a los vecinos o apagar la televisión durante las comidas para conversar. En cuanto al medio natural, el ruido excesivo, aparte de asustar y molestar a la vida silvestre impide escuchar sonidos tan agradables como el de los pájaros, el agua o el viento en los árboles.