«Laciana no ha perdido el coraje, está adormecida»
Ana Luisa Durán La primera mujer que gobierna en Laciana rebosa paciencia y humor. Los cielos abiertos le dieron y le quitaron la alcaldía en el 2005. Ahora tiene la tranquilidad de las urnas y la determinación de que Laciana salga del bache
-¿Es chocante ser alcaldesa de un municipio minero y a la vez la mujer que gobierna el municipio más grande de León? -Los ciudadanos y ciudadanas de esta comarca apuestan claramente por el proyecto socialista, que, en este caso, lo encabeza una mujer. Es chocante porque la sociedad sigue siendo eminentemente machista y las comarcas mineras especialmente. Este ha sido un caso muy especial: todos los alcaldes han sido hombres y además muy vinculados al sector minero e incluso con trayectoria sindical. Es una revolución en el sentido de que es una mujer quien está al frente de la alcaldía y además una mujer que procede del mundo de la educación. Creo que también los ciudadanos y ciudadanas de la comarca han valorado este rotundo cambio. -¿Es cierto que sugirió a la MSP la incorporación de mujeres a la plantilla de conductoras? -(Se ríe) El trabajo en la mina es muy duro, pero hay determinados perfiles que puede abordar perfectamente la mujer y en este caso, la conducción de maquinaria pesada como los dumper en el cielo abierto. Es verdad que en un momento comenté que las mujeres podían hacerlo. Se había empezado a hacer un experiemento en Palencia y yo pensé que las mujeres de Laciana teníamos las mismas capacidades y se podía intentar y ha tenido muy buenos resultados. -¿Tiene previstas otras medidas de acción positiva para fomentar ahora la participación de hombres en tareas domésticas y de cuidado de personas? ¿Le parece importante este cambio de roles? -Creo que hombres y mujeres tenemos capacidades para cualquier cosa. Hay hombres que por su forma de ser pueden ser excelentes cuidadores de ancianos, igual que hay mujeres que pueden conducir un dumper igual o mejor que un hombre (incluso pueden ser más cuidadosas con la maquinaria y tener un mantenimiento todavía más barato). Por tanto, seguiré intentando que las mujeres accedan a sectores típicamente masculinos e intentaré que los hombres que quieran y tengan capacidades para ello entren en otros nichos de trabajo. -¿Aprovechará para ello la Ley de Promoción de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia? -Efectivamente, comentábamos hace unos días con el ministro Caldera que esta ley va a ser un arma muy potente desde el punto de vista no sólo de la atención que necesitan estas personas, sino también un importante creador de empleo. Alrededor de esos servicios tanto si son en casa como en centros especializados va a generar mucho trabajo. -¿Son imprescindibles los cielos abiertos para esta Reserva de la Biosfera? - Esta comarca tiene un doble perfil: mucho potencial medioambiental (tenemos influencias atlánticas y mediterráneas) y unas importantes reservas de carbón. El Plan del Carbón 2006-2012, que tendrá continuidad dada la tendencia del mix energético, establecen dos tipos claros de laboreo: la mina de interior y el cielo abierto, que está sujeto a un buen proyecto de impacto ambiental. El reto es hacer compatible el desarrollo de las potencialidades medioambientales con el mantenimiento de la actividad extractiva, que sigue siendo necesaria en la comarca, es el reto. -Ponga un ejemplo de un cielo abierto bien restaurado aquí. -No hemos tenido ocasión porque, pese a todo lo que ha «llovido», aún no he concedido una licencia de cielo abierto. Ahora está en trámite, en fase de impacto ambiental, la ampliación del Feixolín que inició otro equipo de Gobierno. Pedimos que tenga un buen proyecto de impacto (lo aprueba la Junta), que se haga una buena restauración y que las juntas vecinales, las dueñas de los montes, estén de acuerdo. De todas maneras y, como indicio de que a veces hay que poner en valor cosas, en la restauración del Feixolín I nos hemos encontrado con una impresionante pared de pórfidos magmáticos inyectada en el medio del carbón. Es decir se han encontrado juntas dos eras geológicas separadas por millones de años. Eso, que lo veían todos los días los mineros porque todos sabíamos que el carbón de aquí está en medio del pórfido, es un espectáculo que desde el punto de visto geológico no se da en ningún sitio. Lo queremos conservar y la Junta de Castilla y León y la MSP están de acuerdo es que se deje una zona para verlo. Hay que ponerlo en valor e intentar que se convierta en un aula de la naturaleza importante. La pared más bonita ya se tapó pero queda una zona que es digna de ver. A veces, recuerdo las Médulas: fue una explotación terrible en época romana y ahora es un monumento que todo el mundo quiere ver. -¿Pidió a los Reyes Magos una solución para los graves problemas económicos de su ayuntamiento? -(Se ríe de nuevo) El Ayuntamiento de Villablino si fuera una empresa estaría en quiebra. Tiene una deuda de más de 3.000 millones (700 reconocidos en sentencia firme) y sus fondos ordinarios rondan los 800 millones. Es una situación endiablada. Dije que pagar la nómina y la extra iba a ser un milagro de Navidad. Al final, lo logramos. Pero el Ayuntamiento de Villablino está en una situación absolutamente crítica y creo que todos somos conscientes. A lo largo de este año tomaremos medidas para enderezar el rumbo económico, aunque subir ingresos es difícil (la presión fiscal es alta) y lo único que se puede hacer es gestionar mejor. Hemos hablado con la Junta y el Gobierno central y nadie ha visto la luz. Pero tendrá solución y cuando lo encontremos seremos pioneros. -Villablino ha perdido población, empleo y el aura de riqueza que le acompañó en las últimas décadas. ¿Qué ha ganado? -Sí, estábamos cerca de 16.000 habitantes y con la reconversión del sector minero hemos bajado mucho. La extracción crea mucho empleo de forma rápida. Incluso tuvimos poblaciones importantes depportugueses y caboverdianos. De la misma manera, ha caído. Las prejubilaciones no han sido dramáticas desde el punto de vista de la situación personal, pero sí para el tejido social. La gente se prejubila muy joven y se van con su familia, a veces a vivir peor, porque aquí hay mucha calidad de vida. Por temperamento, soy optimista y creo que primero tenemos que cambiar la dinámica. Aquí se vive muy bien, aunque tenemos que mejorar los servicios sociales. Y tenemos que creérnoslo nosotros mismos porque está claro que no va a haber otro trabajo que emplee a tanta gente como pasó antaño con la minería. No va venir nadie a traernos una salvación gloriosa. Ese paso es difícil porque la cultura minera daba trabajo a todo el mundo y ha hecho que nadie tenga iniciativas empresariales. No es fácil cambiar, pero sí es posible. -Seis años desde que se terminaron las obras del centro sociosanitario. ¿Está satisfecha de su funcionamiento? ¿No ha sido otra frustración más para el valle no conseguir un hospital comarcal bien dotado? -Un bonito edificio, sí. Es una frustración en un doble sentido. Cuando uno planifica algo tiene que hacerlo en su justa medida y se planificó como un hospital que nunca existió porque siempre se habló de centro sociosanitario. Conclusión: hemos metido 2.500 millones de pesetas de fondos Miner. Ha mejorado la asistencia sanitaria porque ha mejorado en todo el país y se van añadiendo especialidades en la parte sanitaria. En el área social lo lleva una UTE con el Hospital de la Reina de Ponferrada. -¿Ni siquiera es posible parir en Laciana en este centro? -De momento, no, pero se ha pedido porque salvo en casos con dificultad sería factible. Creo que eso se puede conseguir, igual que una atención radiológica y desde luego, mejorar las urgencias. También se necesita que la gente demande estos servicios. A veces la gente prefiere ir fuera porque piensa que aquí es peor. El Sacyl tiene que apostar por todos los recursos y demostrar que funciona bien para que haya confianza. -El parador nacional, tras casi cuatro años de la promesa de Zapatero, todavía es intangible. -Sí, sí cuatro años. Hemos sido absolutamente ineficaces en este aspecto. Los culpables de que se esté tardando tanto en la cesión del terreno somos los gestores del Ayuntamiento, aunque se retrasó también por la moción de censura. Ahora está en el Registro de la Propiedad y, cuando tengamos los papeles, haremos la cesión definitiva. Ese pleno lo celebraré con champán. -¿El parador salva a Laciana? -En cuanto a si va a salvar a Laciana... bueno, yo soy de Ciencias y cuando estudiaba las curvas me gustaba mucho el «punto de inflexión». Yo creo que el parador, para esta comarca, es un punto de inflexión: tiene el marchamo de calidad de un Parador Nacional porque lo gestiona alguien que sabe de eso y marca un cambio de tendencia. Si alguien apuesta por poner aquí un parador nacional es porque esta comarca puede tener futuro y eso hará que todos vamos a estar más receptivos a ser dinámicos. Además, Paradores tiene un marketing impresionante. Una población con parador es conocida en España, en Europa y en todo el mundo. -A veces parece que Laciana ha perdido su histórico coraje... -No lo ha perdido, en absoluto. Estoy orgullosa de ser lacianiega, de la gente de la mina. Crecí entre huelgas y reivindicaciones. Puede que ahora esté algo adormecida, necesita un trabajo conjunto, pero ese coraje que los lacianiegos tuvieron desde que se unieron para pedir un fuero especial, la Carta Puebla, no se ha perdido. -A propósito de la escuela reabierta en Sosas, ¿Qué puede enseñar Laciana al resto de la provincia? -Yo que provengo del mundo de la educación tengo que decir que abrir una escuela es algo parecido a lo que pasa con el Parador. Durante años se cerraron escuelas y se concentró a los niños mediante el transporte. Abrir una escuela significa que hay gente joven que tiene niños y que además apuesta porque sus hijos se queden allí. Es importante. -¿Qué significa que haya más de doscientas personas matriculadas en la UNED en su primer curso? -Poner aquí una sede de la Universidad Nacional de Educación a Distancia fue también una apuesta que iniciamos en el anterior mandato cuando llegamos aquí y que retomamos nada más volver. Me esperaba una buena respuesta, pero ha sido magnífica. Esta comarca es muy especial:mucha gente terminó el bachillerato, aunque después se incorporaran a la mina. A hora tenemos mucha gente prejubilada con ganas de hacer cosas y muchas mujeres también muy motivadas para formarse, personas mayores... En algunos casos nos desborda, como es la informática. Y tendrá mucho tirón en la enseñanza reglada. Ana Luisa Durán lleva una atípica carrera política. Empezó como concejala de Cultura en el Ayuntamiento de Villablino en 2003. Las cuotas le ayudaron a ser candidata al Senado un año después y la dimisión de Ángel Crespo la aupó a la alcaldía el 28 de febrero 2005. Siete meses y veintitrés días después, el 21 de octubre, fue desalojada del sillón por una moción de censura. Las municipales del 2007 le «devolvieron» el bastón de mando y el orgullo de ser la candidata más votada. Para sorpresa de los ediles «llave», dos ex alcaldes, sólo aceptó gobernar en minoría. Tiene 48 años, está casada con un minero y es madre de un hijo. Es profesora de educación especial («quizá por ello tengo tanta paciencia») y «si tuviera tiempo cantaría». Es fan de Maná, tiene mucho sentido del humor y en lectura está a la última: «Un mundo sin fin», de Follet. «Desde aquello -la moción de censura- me consideran más dura de lo que soy, ahora me ven capaz de todo... pero no lo digas», confiesa. La relación de puestos de trabajo del Ayuntamiento, que afrontará a lo largo del 2008 es una de las pruebas de fuego de esta mujer que, en cuatro años, ha pasado de ser una auténtica desconocida en el ruedo político a ser alcaldesa del principal municipio minero, sendadora y candidata al Senado por el PSOE. Si ser mujer «me benefició» -admite- para ir en las listas a la Cámara Baja hace cuatro años, también se convirtió en un suplicio durante su primera etapa de alcaldesa: «No me siento discriminada en ningún aspecto, pero, ya lo dije en su momento, creo que el tema del convenio se trató de manera especial porque lo firmaba una mujer. Y lo mantengo: si ese convenio lo hubiera firmado cualquier señor con barba, hubiera sido perfecto... Salvo eso, no». -Pues no es poco... -Fue una etapa muy dura y muy injusta. En política se puede acertar o errar. Pero aquello fue muy injusto y yo creo que los que lo estaban haciendo eran conscientes. Se me sometió a un juicio sumarísimo sin haber hecho nada y sabía que éticamente era bueno para la comarca porque aseguraba una etapa de tranquilidad. El famoso convenio sólo decía: oiga, cumpla la ley y hablamos, pero cúmplala que no la está cumpliendo. Incluso hubo una parte de la ejecutiva del partido que se puso en contra... Estar en un pueblo y tener en contra a determinados medios, a grupos políticos y gente que se sumaba... fue muy duro. Pero hubo mucha gente que me apoyó. La gente normal, que luego nos votó, me decía: aguanta. -En definitiva, ¿en Laciana quién manda más: Victorino Alonso o usted? -En Laciana mandan los ciudadanos y hay unos canales para derivar ese poder a través de las elecciones municipales. Son cosas muy distintas: en una empresa manda quien manda, pero la comarca está dirigida por lo que los ciudadanos deciden en las urnas y eso es muy importante. -¿Qué le dijo Zapatero la última vez que habló con él? -Estuve con él el lunes (14 de enero), nos vimos en el comité federal y, como siempre, como ha hecho incluso en los momentos más duros de estos cuatro años, con todas las preocupaciones que ha tenido encima, al saludarme me preguntó: «¿Qué tal va el indómito valle?»