BIOCOMBUSTIBLES
Sólo servirán los obtenidos con criterios de sostenibilidad
Como alternativa a la escasez de combustibles fósiles, la propuesta de la CE también incluye que en el horizonte del año 2020 el 10% de los carburantes sean biocombustibles, pese a la polémica generada en las últimas semanas sobre su eficacia y el impacto en el medio ambiente. Aclara, sin embargo, que no servirá cualquiera sino sólo aquellos (producidos dentro de la UE o importados) que se obtengan con criterios de sostenibilidad, es decir, se prohibirán aquellos fabricados con materias primas procedentes de bosques vírgenes, praderas, humedales o de áreas protegidas con alto valor ecológico y evitar que se reconviertan en zonas para producirlo. De esta forma, se pretende establecer que el empleo de biocombustibles suponga un ahorro mínimo de emisiones de gases de efecto invernadero (tendrán que emitir un 35% menos de CO2 que los combustibles actuales) y respeten exigencias relacionadas con la biodiversidad. Además, para que los agricultores puedan percibir la ayuda que la UE otorga a los cultivos destinados a ese fin (en la actualidad 45 euros por hectárea), deberán cumplir los requisitos ambientales que establecen las reglas comunitarias. La organización ecologista Greenpeace ha manifestado su desacuerdo con la propuesta sobre biocombustibles asegurando que «crecen las evidencias de que no se podrá cumplir» y recomiendan a la CE que se empleen aquellos que supongan un ahorro al menos del 60% para que su uso merezca la pena.