La tradición leonesa ya tiene un espacio propio
El monasterio de San Agustín abre sus puertas dos siglos más tarde para acoger la herencia costumbrista de más de 3.000 piezas que durante un tiempo gozaron de una estancia en territorio de nadie y de un futuro incierto
Al margen del manga por hombro , que suele ser habitual en la recta final de cualquier evento, y más si se trata de la segunda colección museográfica de etnografía más importante de Castilla y León en cantidad, calidad y diversidad, el Museo Etnográfico de León ya está prácticamente listo. La reubicación de la colección de las más de 3.500 piezas que dan fe de las costumbres y las tradiciones de los leoneses ya cuenta con un espacio propio. Con la inauguración el próximo miércoles a las 12.00 horas del museo culmina un proyecto que mostrará la riqueza de la cultura tradicional de la provincia, con un protagonismo especial del Camino de Santiago. El convento de San Agustín de Mansilla de las Mulas se divide en 26 secciones o áreas a través de las cuales se desentraña la provincia como espacio natural etnográfico a través de sus más de 3.800 metros cuadrados útiles. Tras el acceso al museo, el visitante se encuentra con la iglesia del convento que acogerá las exposiciones temporales; a su izquierda, la espectacular Capilla de los Villafañe acogerá los diferentes actos y mostrará al público un montaje audiovisual sobre el día a día del proyecto museológico. Regresando a la recepción, comienza la muestra descriptiva de las costumbres y tradiciones de León. La Villa de Mansilla de las Mulas es la primera área en la que destaca una muestra de monedas del siglo XIV al XVII en referencia al comercio y a las ferias de esta localidad. Le sigue León tierra de culturas, la identidad de León y los leoneses, como nos han visto y como nos ven los viajeros extranjeros y nacionales. Yugos, arados, rastrillos, palas de era o guadañas se emplazan en la sala dedicada a la producción agraria y a la actividad ganadera. Una alcoba de casa pudiente con muebles de los siglos XVIII y XIX, junto con la reconstrucción de una cocina rural leonesa de principios del siglo XX, recrean algunas de las casas leonesas. La sección de arquitectura presenta tres áreas: Montaña -con recreaciones de casas de Riaño, Laciana y Omaña-, la casas primitivas de Bierzo, Ancares y Fornela, con una explicación a tamaño real de la construcción de una palloza, y por último, las viviendas de adobe y barro. En la primera planta, los oficios, la artesanía y el comercio leonés, junto con la explicación básica de los alimentos y su producción, completan la oferta del museo. La organización y el gobierno del Común, con el arca de las tres llaves, los juegos, la cultura sonora, los festejos, la indumentaria y la religión se desarrollan en el segundo piso del convento.