Las televisiones desempolvan los «talent show»
La irrupción en las pantallas de este formato ha generado unas excelentes audiencias. No es un fórmula nueva, pero funciona y sus productores defienden que «vuelven a estar de moda»
La fórmula es antigua pero funciona. Tres de los cuatro talent show que en enero irrumpieron en las parrillas de televisión tienen audiencias superiores a la media de sus cadenas. Los productores defienden que «vuelven a estar de moda», frente a quienes denuncian falta de nuevas ideas y de creatividad. Según datos de Sofres, Tienes talento y Fama. A bailar, ambos emitidos por Cuatro, tienen audiencias del 11,5% y 10% respectivamente, ambas superiores al 8,6 de media de cadena, circunstancia que marca el umbral de rentabilidad de un programa. Tú sí que vales está en el 19,9% de audiencia, algo superior al 19,2% de media de Tele-5. Sin embargo Hijos de Babel, una de las apuestas de TVE-1 para esta temporada, no ha logrado los objetivos, y después de bajar hasta un 6,6%, frente al 16,2% de media de la cadena, fue relegado a La 2, donde ha comenzado a emitirse esta semana. Estos resultados permiten afirmar al gerente de la empresa de análisis de contenidos televisivos Barlovento Comunicación, Javier López, que los programas buscatalentos, en los que gente anónima canta, baila, o demuestra otras habilidades, «están en su mejor momento» tanto en parrillas nacionales como autonómicas. López recordó la emisión de Quiero ser como Pepe, un concurso de cantantes que finalizó el pasado mes de octubre en la televisión canaria, con una audiencia media del 16% frente al 9-10% de la cadena, y un 25% en la gala final. Se llama copla en Canal Sur está en un 18,9% frente al 18% de media de la cadena, aunque en la última gala alcanzó el 35%, mientras que Luar, en la televisión autonómica gallega (TVG), que sirve de plataforma a cantantes anónimos, lleva catorce años en antena con una audiencia del 19,2% frente a un 14,7 % de la cadena. «Una de las fortalezas de los talent show -asegura- es que interactúan con la audiencia, el público se siente identificado con los concursantes y además generan una atención fuera de lo artístico ya que este formato se imbrica, en algunos casos, con la esencia del reality show, se emiten seguimientos a los concursantes en el plano personal». Refritos del pleistoceno Eduardo García Matilla, presidente de Corporación Multimedia, cree, sin embargo, que estamos en «un momento de crisis, de talento, de imaginación y de creatividad, no sólo en España. Desde Gran Hermano y el resto de los realitys show no ha aparecido ni un solo formato de televisión nuevo en el mundo». Por ello, el responsable de esta empresa de análisis de contenidos televisivos considera que la confluencia de cuatro programas buscatalentos en las televisiones generalistas es producto de que «no se está encontrando nada que pueda ser innovador, el porcentaje de fracasos de los estrenos es muy alto». Con los talent show se ha encontrado la veta, son programas que no son caros, que explotan el ansia de notoriedad de la gente, de su minuto de gloria. «De repente todos hacen lo mismo en un momento determinado y parece que se ha encontrado la panacea. Pero son refritos del pleistoceno», asegura García Matilla. Explica el fracaso de Hijos de Babel porque el mundo de la inmigración es aún un desconocido desde el punto de vista de la televisión y de la publicidad. «No sabemos donde están, ni qué ven, ni qué les interesa. Ahora Sofres empieza a medir a un colectivo que ha supuesto un cambio radical en la sociedad española». «Estamos haciendo una televisión mirando el retrovisor de hace diez años», agrega este experto, para quien «ahora los jóvenes reciben mensajes diferentes a través de tecnologías distintas, fundamentalmente de Internet. Estamos en una tierra de nadie, sin querer hacer una televisión para los que ven la televisión». La falta de creatividad es también el argumento del presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación, Alejandro Perales, quien afirma que las televisiones están ahora tratando de agotar la reserva de los derechos de ese tipo de espacios. Unos programas en los que -a su juicio- se registra el mismo fenómeno que en los del corazón: el modelo hagiográfico y el machacador, killer o friky, que es el que triunfa más, el que muestra a personas que generan la burla, frente a los que priman los recursos personales, físicos, intelectuales, incluso emocionales. La magia de los cásting Marta Moure, directora de cásting de Zeppelin, la productora de Fama y de Hijos de Babel, también presente en varias ediciones de los de Gran Hermano, explica que los responsables de la selección no obligan a nadie a presentarse ni a hacer el ridículo. «La gente que cree que tiene talento, que cree que baila y que canta fenomenal, se presenta a los cásting y está en su derecho», afirma Moure. En este sentido, Manuel Aguilera, director ejecutivo de Tienes Talento, producida por Grundy y que emite Cuatro, explica que en una primera fase del programa se muestra a la gente que cree que tiene talento desde el punto de vista subjetivo. En la segunda ya han pasado el tamiz del jurado del programa. «Creemos que es más democrático. Si se depurara desde el principio se perdería la oportunidad de mostrar a aquella gente que cree que tiene su talento. Y esa es también la magia del programa», afirma Aguilera. El también director de programas de entretenimiento de Grundy defiende la originalidad del Got talent que la productora británica lleva exportando a 15 países desde hace dos años. «En televisión no hay nada absolutamente nuevo», pero afirma que Tienes talento posee «una combinación determinada de ingredientes basada en programas de cásting, que nos ha sido copiada descaradamente y con mala fe», en referencia a Gestmusic, que produce Tú sí que vales para Tele-5. ¿Qué lleva a los ciudadanos a presentarse a los cásting?. Enrique García Huete, psicólogo que ha seguido los procesos de selección de Fama y de Hijos de Babel, y también en las distintas ediciones de Gran Hermano, cree que el objetivo es ser conocido. «Todos los que se presentan a programas de talento tienen el regustillo de la fama». Afirma que es «fundamental el ajuste previo de la personalidad antes de entrar para predecir el efecto posterior del programa».