Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

A punto de cumplir 60 años de historia y después de dos décadas de «ausencia», el mítico apellido de uno de los más famosos preparadores de culto, el austriaco nacionalizado italiano Carlo Abarth (cambió «su» Karl por el más «italiano» Carlo), resurge en la esencia de aquellas preparaciones que permitían a los clientes de los años sesenta y principios de los setenta, sentirse como auténticos pilotos , la filosofía «competición-cliente» en estado puro. En 1958, tras pasar por los talleres de Abarth, un Cinquecento de serie, con 13 CV y una punta que no superaba los 85 por hora, tenía el doble de caballos y era capaz de rodar a 118 por hora. Propiedad del Grupo Fiat desde 1971, la firma Abarth regresa -según Luca de Meo, Consejero Delegado de la Fiat Auto- «para mantener el espíritu»; un espíritu que, vuelve a traducirse, en la comercialización de los famosos kits de potenciación mecánica y personalización estética y funcional de los coches de serie. El organigrama técnico de la nueva Abarth, contempla una elitista red de distribución formada por los mejores concesionarios de Fiat. Los primeros en funcionar como «Abarth» lo harán en Italia; después en Suiza y, a finales de verano, en España. Además de estos concesionarios «elegidos», la red de distribución la formarán los llamados Talleres Abarth, solamente cuatro en todo el mundo: Italia, Alemania, Gran Bretaña y Japón. En un escalón inferior al de los concesionarios, estarán los «preparadores especializados», únicos oficialmente autorizados para el montaje de los diversos kits y, por último, los talleres de asistencia.