Seat Ibiza, cuarta generación... y las que vengan

Tal parece que Seat no pueda vivir sin su Ibiza. Convertido ya en todo un clásico en los catálogos de la marca, el fabricante español encuadrado en el Grupo VW propone la cuarta generación del modelo que, sin duda, más satisfacciones comerciales le ha venido dando en las últimas décadas. Más grande y ligero, más atractivo y tecnológicamente avanzado -como en su día también lo fueron sus antecesores- el nuevo Ibiza, que desembarcará en los concesionarios a finales de mayo, supone todo un revulsivo para el constructor, se diría la piedra angular de un ambicioso proyecto que contempla infinidad de variantes al gusto de la, también, variedad de mercados en los que Seat está presente. El nuevo diseñador Luc Donckerwolke ha sido el encargado de dibujar los trazos de la cuarta generación del Ibiza, que, entre otras cosas, se ha lanzado a la realización estética -también dinámica- del más deportivo Ibiza jamás concebido, en lo que su diseñador denomina como «Arrow Design» (diseño de flecha): agresivo frontal dotado de un avanzado conjunto óptico, parrilla situada más abajo que, junto a los trazos del capó, pone de manifiesto esa sensación flechada de la que habla el dibujante. También el interior ha evolucionado sensiblemente, lo mismo que la calidad de los materiales, los ajustes y las tonalidades de las tapicerías. El salpicadero destaca por los nuevos difusores de aireación, un módulo específico -en el centro del tablero de instrumentos- para situar navegadores portátiles y conexiones multimedia. Con 4,02 metros de longitud y 1,69 de anchura, el nuevo Ibiza renueva sus cotas y vuelve a situarse a la cabeza de sus enemigos naturales y con un maletero que gana 25 litros de capacidad (292 litros); eso sí, para el mercado español se contempla la rueda de emergencia aunque, en contrapartida, el maletero ofrece un plano de carga rebajado y más cómodo. Los aumentos de vías delantero y trasero 830 y 33 milímetros respectivamente) auguran un comportamiento dinámico aplomado y más optimizado que el del antecesor que, dicho sea de paso, ya era singularmente bueno. Esta nueva generación del Ibiza adopta antibloqueo de frenos ABS con distribución electrónica EBD y ayuda a la frenada de emergencia EBA, control electrónico de estabilidad ESP (según versiones) y control de tracción TCS. Ayudas a las que se suman otros elementos más sofisticados y propios de segmentos superiores, como es el caso del sistema de ayuda al arranque en pendiente (Hill Holl Control) o los antiniebla con función «esquina» y los faros bi-xenón; sensores de estacionamiento traseros y conexión Bluetooth integrada en el sistema de audio. Como es habitual, Seat ofrecerá el nuevo Ibiza en los tres conocidos acabados: Reference, Stylance y Sport, con un completo equipamiento de serie en el que no faltan los airbag frontales (conductor y pasajero), de cortina y laterales cabeza/tórax (6 en total), elevalunas eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia, etc. Motores limpios Inicialmente, Seat tiene previsto motorizar el Ibiza con tres gasolina de bajas emisiones: 1.2 litros (12 válvulas) y el 1.4 y 1.6 multiválvulas, cuyas emisiones de CO2 no superan los 160 gr/km, lo que supone pagar el 4,75% de Impuesto de Matriculación. El apartado diesel estará representado por el 1.9 TDI (105 CV) que, como se sabe, emite 120 gr/km de CO2, con lo que está exento del Impuesto de Circulación. Todas estas mecánicas se unirán al cambio manual de 5 velocidades. Coincidiendo con el lanzamiento -en septiembre- de la carrocería SportCoupé, llegarán otras motorizaciones diesel y también un EcoMotive (99 gr./km de CO2). Hasta finales del presente año, la cuarta generación del Ibiza convivirá con las versiones básicas de la actual gama.